Bolsa, mercados y cotizaciones
La CNMV estudia fijar un plazo máximo para informar de los costes de los fondos a los inversores
Ángel Alonso
Madrid,
La entrada en vigor de la directiva europea Mifid II no pudo llegar en peor momento para las entidades financieras. La caída de rentabilidad con que cerraron todos los activos el año pasado hizo que muchas firmas se hicieran las remolonas y enviaran la información desglosada sobre costes a sus clientes mucho más tarde de lo que tendría que haber sido.
De ahí que la Comisión Nacional del Mercado de Valores se plantee estudiar la imposición de un plazo máximo para que las firmas de inversión envíen esta información. Así lo manifestó Ana Martínez Pina, vicepresidenta del regulador, durante su participación en el XI Encuentro de la Inversión Colectiva, organizado por Deloitte e Inverco, quien pidió celeridad a las gestoras de fondos a la hora de facilitar los datos sobre las comisiones que aplican, sobre todo las relacionadas con el asesoramiento de carteras, uno de los segmentos que más han crecido en el último año hasta superar los 74.000 millones de euros.
Para evitar estas demoras, la CNMV se plantea elaborar un documento a final de año que sirva de orientación a las firmas sobre el período temporal que se consideraría como razonable. Y es que muchas firmas han esperado al mejor momento de mercado para enviar esa información, para que su impacto en los clientes fuese el menor posible, después de un funesto 2018 en este sentido.
La vicepresidenta de la CNMV también pidió a las gestoras redoblar sus esfuerzos a la hora de controlar la liquidez de los fondos de inversión, elaborando planes de contingencia ante posible reembolsos, aunque admitió que ese riesgo en España es reducido.
Precisamente el tema de los costes fue uno de los asuntos sobre los que pivotó la jornada, donde la transformación de un modelo de negocio de fábrica de productos a otro más de asesoramiento a los clientes también marcó la participación de los ponentes.
El escenario de bajos tipos de interés e incluso negativos por mucho tiempo y la necesidad de que los clientes adopten un perfil de mayor riesgo en sus carteras hará necesario que las gestoras adopten un modelo más proclive al asesoramiento, para acompañar el tránsito de ahorradores a inversores que deberán realizar si quieren obtener rentabilidad de su dinero, sobre todo en un contexto en el que la longevidad sobrepasará a la capacidad de ahorro natural.