El mercado ha demostrado que, digan lo que digan, le gustan las políticas expansivas y que sólo los disparos al aire de Trump en su partiular guerra comercial impedían que los índices bursátiles reflejaran esa euforia. Así, las bolsas compraron el acuerdo comercial hasta abril, vendieron en un mayo donde se instaló el pesimismo en torno al acuerdo comercial y han vuelto a comprar este mes con la esperanza de que la reunión del G20 de la próxima semana se salde con, al menos, un acercamiento de los dos grandes líderes del globo.En las últimas sesiones, y gracias por un lado al ánimo conciliador mostrado por el presidente estadounidense y, por otro, al mensaje más dovish de la Reserva Federal –las probabilidades de que haya una bajada de tipos en la próxima reunión de julio son del cien por cien, según Bloomberg–, Wall Street ha rebotado con fuerza hasta batir en la sesión de ayer sus últimos máximos históricos –los 2.945 puntos del S&P 500 al cierre del 30 de abril–. "Lo más probable es que veamos una continuidad alcista", afirma Joan Cabrero, director de estrategia de Ecotrader, "pero desde la zona de altos del año no nos sorprendería ver un agotamiento del rebote que nació en los mínimos de hace tres semanas".Por eso, en Estados Unidos, la ecuación rentabilidad/riesgo tampoco es atractiva a corto plazo. "Para volver a comprar somos partidarios de esperar a que se forme una segunda pata bajista dentro de la corrección que nació a comienzos de mayo", afirman desde Ecotrader, desde donde fijan los niveles óptimos para comprar de nuevo en la zona de mínimos del rebote que se marcaron hace dos semanas, como son los 2.727 del S&P 500 o los 6.935 del Nasdaq 100.Por su parte, Mohammed Kazmi, estratega de UBP, considera que "más allá del rally de principios de año, no está claro cuánto apoyo a los mercados puede proporcionar la próxima flexibilización [de la Fed], dado el estrechamiento diferenciales que ya se han podido observar". El experto también cree que habrá que esperar al resultado de la reunión del G20 "para ver si el riesgo de la guerra comercial se ha reducido lo suficiente como para reducir los temores con respecto al crecimiento mundial". Los catalizadores de EuropaTambién en Europa los inversores se han centrado más en el tratamiento (más estímulos monetarios o bajadas de tipos por parte del Banco Central Europeo) que en la enfermedad (la clara desaceleración del crecimiento económico y la baja inflación), llevando a su principal referencia, el EuroStoxx 50, a superar sus primeras resistencias y a quedar a una distancia del 1,2 por ciento de sus altos anuales intradía. Esta amenaza es, precisamente, la que alejó el EuroStoxx hace un par de sesiones al batir los 3.440 puntos. "La superación de resistencias permite que podamos hablar que hemos visto lo que en análisis técnico se conoce como fallo bajista, algo que habitualmente suele ser alcista", recalca Cabrero."Las políticas flexibles de los bancos centrales posiblemente aumenten el apetito por el riesgo, aunque sea a corto plazo", apuntan desde ActivTrades. "Cuando los intereses hayan bajado y los otros mecanismos de estímulo hayan sido implementados, los inversores van a bucar rendimiento, que normalmente se encuentra en las acciones", añaden.El verso suelto españolLa nota discordante fue el Ibex 35, el cual se quedó rezagado del resto de indicadores continentales. Los bancos, el sector más bajista de la jornada, lastraron al selectivo nacional, que ya ha abierto una brecha negativa de casi 8 puntos frente al EuroStoxx en lo que va de año (y también frente a indicadores continentales, como el Dax Xetra).Fuera del mercado de renta variable también se sintieron los efectos de la nueva ola dovish. Los inversores se lanzaron a comprar deuda pública de las principales economías, dejando la rentabilidad del T-Note (el bono a diez años de Estados Unidos) por debajo del 2 por ciento en muchos momentos de la sesión, algo que no ocurría desde la victoria de Trump en las elecciones estadounidenses de noviembre de 2016. Asimismo, el euro se apreció frente al dólar, superando la cota de los 1,13 dólares, aunque a media sesión volvía a los 1,129 dólares.