La deuda pública española sigue en el radar de los inversores. La prueba es que el interés del bono español a 10 años volvió a caer ayer hasta el 1,2 por ciento, frente al 1,22 por ciento del día previo. Detrás de esa bajada de rentabilidad se encuentra la subida de su precio, que en lo que va de año repunta un 1,8 por ciento. Ni siquiera el ruido político, después de que Pedro Sánchez convocase elecciones anticipadas el próximo 28 de abril, ha ahuyentado a los inversores que buscan un extra de rentabilidad en la deuda pública europea ahora que la expectativa de subida de tipos vuelve a retrasarse. Si bien la española ofrece una rentabilidad del 1,2 por ciento a una década, la de Francia rinde un 0,53 por ciento en el mismo vencimiento mientras que la de Alemania ofrece solo un 0,1 por ciento. "El empinamiento de la curva española es atractivo para los inversores hambrientos de rendimiento", opina Marcus Ashworth, columnista de Bloomberg. No obstante, el interés del bono español a diez años ha llegado a estar más bajo este año, concretamente en el 1,19 por ciento.