Encadena la racha más larga de alzas de los últimos siete añosCuando las cosas pintan feas muchos inversores se apresuran a proteger su dinero, y el clásico activo refugio de los mercados es una materia prima: el oro. El metal está viviendo una pequeña fiebre, desde que en octubre los mercados de renta variable sucumbieron al pesimismo por el debilitamiento de las previsiones de crecimiento yla incertidumbre por la guerra comercial. También, "la paciencia" de la Reserva Federal para subir los tipos de interés está apoyando las subidas del metal. Desde que empezó octubre, el precio del oro ha subido cerca de un 11 por ciento, encadenando cuatro meses seguidos revalorizándose, la racha más larga en siete años. Cotiza ahora en los 1.308 dólares por onza, cerca de máximos de mayo de 2018, y en lo que va de año su precio ha subido un 2,2 por ciento. La entrada de dinero en fondos cotizados (ETFs) sobre el metal es un reflejo de hasta qué punto los inversores tienen ahora propensión por el oro: en enero, según datos que recoge Bloomberg, aumentó en 70,6 toneladas la cantidad de oro que está invertido en ETFs, el mayor incremento en un mes desde febrero de 2017. Ahora hay el equivalente a 2.280 toneladas de oro en ETFs, máximos de seis años.