Solo entran 800 millones en julio y agosto, el dato más bajo en seis añosEl verano de 2012 no fue uno cualquiera sino aquel en el que la crisis de la deuda de la eurozona provocó que el bono español llegara a superar niveles del 7 por ciento y, por tanto, aquel en el que el BCE se vio obligado a salir al quite de los que dudaban de la sostenibilidad del euro con las tres palabras más importantes que ha dicho su presidente Mario Draghi desde que ostenta el cargo: "Whatever it takes". No es de extrañar que en ese tumultuoso verano de 2012 la industria de fondos española acumulara reembolsos netos por valor de 1.679 millones de euros, pero sí sorprende más que este año la cifra de suscripciones haya sido la peor desde entonces. Según el adelantado de agosto que publicó ayer Inverco, los fondos españoles apenas registraron entradas de dinero por valor de 87 millones, lo que sumados a los 713 millones de julio dan un total de 800 millones, mínimo no visto en los últimos seis años. Es un 67 por ciento inferior a la registrada en los meses estivales de 2017, cuando la industria recibió 2.425 millones de euros. Detrás de este recorte en el interés de los inversores hacia estos productos puede estar el hecho de que ya en junio se hablaba de que nos enfrentábamos a un verano complicado ante los diferentes frentes geopolíticos: desde el recrudecimiento de la guerra comercial abanderada por Donald Trump, al impacto de un dólar fuerte en las divisas emergentes, unido a la crisis política de Italia tras la formación de un gobierno con tintes antieuropeos, por lo que muchos inversores optaron por pasar el verano refugiados en la liquidez. Y acertaron, ya que todos esos riesgos tuvieron un gran impacto en los mercados como se ve en el hecho de que en agosto los fondos monetarios, los considerados más seguros de todos, fueran los más rentables. Su patrimonio creció un 2 por ciento gracias a la búsqueda de refugios por parte de los inversores y a las entradas netas de 112 millones que recibieron en España.