El mercado no espera que el BCE mueva ficha hasta octubre del año que vieneEn el arranque del año era prácticamente imposible encontrar un analista que fuese partidario de invertir en renta fija europea. El fin de los estímulos en la eurozona parecía un trámite que tenía que llegar antes o después, y a este le seguiría una subida de tipos más pronto que tarde, un panorama nada alentador para el inversor en deuda, un activo condenado a perder pronto el apoyo de Banco Central Europeo (BCE) con su programa de compra de bonos europeos (QE). Draghi ya ha puesto fecha final para éste, pero también ha retrasado la subida de tipos de interés hasta "después del próximo verano", según anunció el pasado mes de junio, un mensaje que hace dudar de si el economista italiano terminará subiendo el precio del dinero alguna vez, teniendo en cuenta que su mandato termina en octubre de 2019. En lo que va de año el mercado ha ido posponiendo poco a poco la fecha en la que descuenta la primera subida de tipos de interés en la eurozona desde la crisis: según los datos de Bloomberg, en mayo (antes de ese mes la agencia no ofrecía previsiones más allá de diciembre de 2018) el mercado descontaba que el BCE movería ficha en abril de 2019. Con el tiempo, esta fecha se ha ido retrasando, especialmente en agosto, un mes que se inició con el mercado esperando la subida de tipos para julio de 2019, y sin embargo, sólo 9 días más tarde, ya se estimaba para septiembre de ese mismo año; ahora se espera para octubre. Este retraso es uno de los factores que ha pesado este año en las carteras de los inversores: los bancos están atravesando un año complicado, con una caída de casi el 15 por ciento desde que empezó el ejercicio en el índice Stoxx 600 Banks (recoge 48 bancos europeos, entre los que se encuentran las seis entidades españolas que cotizan en el Ibex 35), mientras la renta fija sigue aguantando el tipo: el índice Bloomberg Barclays EuroAgg Total Return Index (pondera bonos europeos con grado de inversión, denominados en euros, soberanos y corporativos) logra una rentabilidad cercana al 0,1 por ciento en 2018. Las actas de la última reunión del BCE, que se produjo el pasado mes de julio y se saldó sin novedades, se publicaron ayer y confirmaron que para la entidad ese encuentro fue un mero trámite. Eso sí, como dato reseñable el documento mostró que los miembros del BCE consideran que los mercados financieros "comprendieron bien" y asimilaron el anuncio que hizo el BCE en junio sobre el final del QE. Alemania se olvida del BCE La sucesión de Mario Draghi al frente del BCE es uno de los debates que ha estado más candentes sobre el organismo en los últimos años. El nombre del alemán Jens Weidmann, gobernador del Bundesbank, se ha repetido por doquier, algo que contentaría a Alemania, que ha sido crítica con las políticas monetarias de la entidad en los últimos años y que hasta ahora nunca ha ocupado la presidencia ni la vicepresidencia de la entidad. Sin embargo, ayer el diario Handelsblatt publicó que Angela Merkel tiene como máxima prioridad conseguir la presidencia de la Comisión Europea el año que viene, por lo que podría aflojar en el pulso por la presidencia del BCE, de cara a lograr el primer objetivo. La canciller no negó esto ayer, y declaró, al ser preguntada por esta posibilidad, que las discusiones sobre las sillas de los organismos europeos "están empezando a producirse ahora, lentamente".