Baja más de un 10% desde abril y roza los mínimos de hace 13 meses por la subida del dólar y el descenso de la demandaEste verano está siendo ciertamente atípico en los mercados ya que no se está cumpliendo uno de los escenarios más básicos. En las últimas semanas ha habido un endurecimiento de las amenazas de guerra comercial entre las dos principales potencias económicas del mundo, lo que debería haber impulsado la volatilidad en la renta variable en unos meses de verano que también son reconocidos por traer repuntes de este indicador a causa de un menor volumen de negociación, algo que tampoco ha sucedido hasta el momento. Sin embargo, no es la única anormalidad que se está dando durante estos meses estivales pues, pese a la clara incertidumbre que pesa sobre el futuro de las relaciones comerciales mundiales, ésta no se ha reflejado en un mayor apetito del inversor por los activos más seguros, conocidos como refugio. Es el caso del oro, que desde mediados de abril se deja un 10 por ciento (más de un 7 por ciento en lo que va de año), situándose en los 1.214 dólares por onza y rozando así su nivel más bajo en 13 meses. Las causas de este descenso son diversas. Por un lado, "mientras el dólar siga mostrando fortaleza, el oro se mantendrá deprimido en este entorno de precios", apunta Jesse Cohen, analista de Investing.com. Y ésta puede ser la tónica dominante si se mantiene el entorno de subidas de tipos de interés por parte de la Reserva Federal, "algo que parece probable atendiendo a las optimistas previsiones para la economía estadounidense para este año y el que viene", explican desde Wisdom Tree. Cohen, de hecho, cree que "en este entorno de subida de tipos, tener oro es visto como un coste, no como una oportunidad". Con todo esto, el atractivo del oro ha perdido fuerza y la demanda del metal precioso en los primeros seis meses del año ha caído a mínimos de 2009, según los últimos datos recogidos por el Consejo Mundial del Oro (WGC por sus siglas en inglés). En números, los pedidos de oro descendieron un 6 por ciento, hasta las 1.959 toneladas por el desplome de los flujos hacia ETFs (un 46 por ciento menores con respecto al año pasado). Entre los meses de marzo y junio, el retroceso fue del 4 por ciento con una caída de la demanda procedente del sector joyero (el principal comprador de oro global) del 2 por ciento, sobre todo, debido a la debilidad del mercado indio. Por contra, la industria tecnológica requirió un 2 por ciento más de este metal. Por el lado de la oferta, esta ascendió un 3 por ciento hasta las 1.120 toneladas, por encima de las toneladas de oro demandado este trimestre. Los 'cortos', en máximos La caída del precio del oro en el mercado no está resultando ser una mala noticia para todos, ya que los cortos (aquellos inversores que toman prestado el activo para venderlo y posteriormente recomprarlo más barato) se están beneficiando de este comportamiento. Como explican desde UBS, "mientras las posiciones largas siguen descendiendo, las cortas han alcanzado máximos históricos [en 20,8 millones de onzas] después de duplicar la cantidad invertida a la baja en las últimas seis semanas, lo que muestra una clara falta de interés comprador".