La medida, que ya funciona en Europa, beneficia a las firmas con fondos de nichoEn los últimos meses se han sucedido las noticias sobre fondos que, al alcanzar un patrimonio determinado, optaban por limitar las suscripciones tanto a nuevos partícipes como a los ya existentes. Una medida a la que han recurrido Magallanes, con sus fondos Magallanes Iberian Equity y Magallanes Microcaps, o el mayor fondo de bolsa española, Santander Small Caps, gestionado por Lola Solana. Tanto la decisión de Magallanes como la de Santander AM se consideran en la jerga financiera soft close, ya que en España la ley no permite el cierre total de un fondo (hard close). Esto es, al menos, de momento, ya que según avanzó ayer Ángel Martínez Aldama, presidente de Inverco, en la presentación del Informe Smart ISH 2018 de Abante Asesores sobre gestores con talento, desde la asociación se ha trasladado al Ministerio de Economía que se permita a los fondos españoles realizar cierres totales cuando el gestor vea comprometida su labor de gestión por tener demasiado patrimonio, como ya sucede en el resto de mercados europeos. Y la propuesta, según explicó Aldama, "ha sido bien recibida por Economía". De salir adelante, los gestores deberían explicar vía folleto en qué niveles considerarían el cierre de cada producto, según explican fuentes del mercado y beneficiaría sobre todo a gestoras con fondos muy nicho como pueden ser boutiques como Bestinver, Cobas AM o azValor, quienes ya se han mostrado en algunas ocasiones incómodas con la posibilidad de crecer demasiado en productos que invierten en mercados pequeños, como el español. "Cerraremos nuestros fondos cuando alcancemos un patrimonio de 2.500 millones", han afirmado desde azValor, gestora que hoy cuenta con 1.835 millones de euros. Y es que, aunque a priori el cierre de un producto financiero podría considerarse como algo negativo, lo cierto es que ha de ser interpretado de manera positiva en la mayoría de los casos ya que, según explicó Fernando Luque, editor en España de Morningstar, en alguna ocasión "muestra la alineación de los intereses del gestor con los partícipes y eso dice mucho de la filosofía del gestor con respecto a la estrategia". En caso contrario, se vería obligado o bien a invertirlo en casi su totalidad independientemente de que lo considere o no acertado, o bien a variar su estrategia para dar más flexibilidad a su fondo y poder destinar ese excedente de patrimonio a otros activos. En el caso del fondo ibérico de Magallanes, ha establecido que sus inversores "no podrán realizar suscripciones y cada nuevo inversor solo podrá suscribir y mantener una participación", según afirmó en su día la gestora . Mientras que en el fondo de Solana se decidió, cuando alcanzó los 1.300 millones de euros, que tanto los actuales inversores como los nuevos no podrán comprar más de una participación.