En él se vieron las compras más fuertes dentro de EuropaLos inversores se abalanzaron ayer al mercado de deuda, pero con un único objetivo en la zona euro: España. Fue el único bono cuya rentabilidad descendió en la sesión de ayer (el portugués lo hizo de forma testimonial), provocando ganancias por precio a sus tenedores. En concreto, el interés exigido por lo inversores pasó del 1,27 al 1,25 por ciento ante la expectativa de que la agencia de calificación Moody's siga hoy el camino que previamente habían recorrido Standard & Poor's y Fitch, que devolvieron la calificación de A-, un notable bajo, a España desde la previa nota de BBB- en marzo y enero, en cada caso. Al contrario, el rendimiento exigido al papel alemán, normalmente visto como un activo refugio por los inversores, se elevó hasta el 0,51 por ciento, desde el 0,49 por ciento de la sesión anterior. Por lo que la prima de riesgo española, que mide la diferencia de rentabilidad entre ambos, se relajó 3 puntos, hasta los 74 puntos básicos. De igual modo, el interés del bono francés se elevó del 0,73 hasta el 0,75 por ciento en la jornada; y la de su homólogo italiano, del 1,80 hasta el 1,81 por ciento. Balance anual A pesar de las previsiones de los expertos, la renta fija sigue dando alegrías a los inversores en 2018 (las semanas previas, gracias a la inestabilidad en la renta variable ante una guerra comercial entre Estados Unidos y China). No obstante, el bono español es el que arroja más ganancias a sus inversores desde el pasado 1 de enero. Y es que las compras han relajado su rentabilidad del 1,567 en el que arrancó el ejercicio al entorno actual del 1,25 por ciento, gracias a las subidas de precio. Lo que implica una ganancia del 2,9 por ciento a quienes lo tuvieran en cartera desde entonces. Le sigue el papel italiano a una década, con el que se gana un 1,32 por ciento y el francés (0,35 por ciento). Al contrario, se pierde un 0,89 por ciento con el alemán.