El Gobierno de Pekín alega que "es imposible" negociar con el gigante americanoChina escribió ayer un nuevo capítulo en el conflicto comercial que mantiene el país con Estados Unidos, que está siendo el centro atención de los mercados durante las últimas semanas, a pesar de que ayer Wall Street subió con fuerza y parecía descontar un repliegue en la guerra comercial: hubo subidas de más del 2 por ciento el Nasdaq, y del 1,5 por ciento el S&P 500 y el Dow Jones -los dos primeros recuperaron todo lo perdido el viernes pasado-. Tras el primer ataque del gigante norteamericano el 3 de abril, cuando anunció aranceles contra la importación de productos chinos por valor de 50.000 millones de dólares, y la respuesta china con una medida similar, la tensión no ha hecho más que escalar: amenazas de nuevos aranceles por otros 100.000 millones de dólares por parte de EEUU, que han hecho que Geng Shuang, ministro de Asuntos Exteriores chino, declarase ayer que "en las actuales circunstancias no es posible emprender negociaciones", señalando que las fricciones "son culpa de EEUU". Ahora, China está sopesando desempolvar una vieja arma que ya utilizó en el pasado: la devaluación del yuan. Según destaca Bloomberg, fuentes próximas al Gobierno chino explican que el país está valorando el impacto que tendría ahora llevar a cabo una devaluación, como una opción a tener en cuenta de cara a las negociaciones con EEUU. Por su parte, desde la Casa Blanca, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reiteró que su administración tiene "una buena relación con China" e insistió en que cree que su país "mantendrá esa relación". Dicho esto, el mandatario aprovechó de nuevo para recordar que el gigante asiático "se ha estado aprovechando durante muchos años". El impacto de devaluar La divisa china, controlada por el Estado, quien es el que marca el nivel en el que la moneda abre cada jornada frente al dólar y también impide cambios bruscos de cotización, ya que tiene limitadas las subidas o bajadas que puede sufrir la divisa cada jornada en ese cruce, cotizaba ayer en los niveles de la primera devaluación, que se realizó en verano de 2015. Tras aquella decisión sorpresa de China, pensada para mejorar su balance comercial, llegó una segunda devaluación, en enero de 2016. Con el paso de los años, la moneda ha ido recuperando posiciones frente al billete verde, subiendo en ese cruce un 10,6 por ciento desde los mínimos que tocó a finales de 2016 y los 0,158 dólares en los que se movía ayer -ver gráfico-. Una devaluación podría generar tensiones en los mercados mundiales: el recuerdo de las caídas de verano de 2015 y enero de 2016 está aún fresco. En el último caso, supuso el peor arranque de año de las bolsas que se había conocido nunca.