El proveedor de componentes y servicios de aviación está entre las 10 firmas que más avanzan en el año del Eco30 En su segunda expedición al Polo Sur en el año 1933, el explorador norteamericano Richard Evelyn Byrd permaneció completamente aislado a 200 kilómetros de su campamento. Durante los seis meses que dedicó a sus investigaciones meteorológicas, sólo se comunicó con su expedición por medio de una radio suministrada por Rockwell Collins -fundada como Collins Radio-. Pero el primer hito histórico de la compañía no fue el último. Décadas más tarde facilitó los equipos de comunicación por voz que se utilizaron en los programas espaciales de Apolo, Gemini y Mercury, y en 1973, Skylab utilizó sus equipos para la comunicación entre los astronautas y la Tierra. Ese mismo año la empresa fue adquirida por Rockwell International, dando lugar a la actual compañía y valor destacado esta semana del Eco30, el índice internacional de ideas de calidad elaborado por elEconomista. Los componentes electrónicos de las aeronaves Rockwell Collins se instalan en las cabinas de la mayoría de aerolíneas del mundo y sus sistemas de comunicación transmiten casi el 70 por ciento de las comunicaciones aerotransportadas militares de EEUU y sus aliados. La firma aceptó en octubre ponerse en manos del gigante United Technologies, en la que se considera la mayor adquisición del sector. La operación, valorada en 30.000 millones de dólares incluyendo la deuda de Rockwell (unos 25.218 millones de euros), a razón de unos 140 dólares por acción, crea un nuevo peso pesado en el suministro en la industria aeroespacial. "La apuesta de United Technologies por Rockwell y el anuncio reciente de Boeing de crear su propia plataforma aviónica es una prueba más de que las fusiones y adquisiciones continuarán siendo la hoja de ruta para que los proveedores aeroespaciales compitan con el aumento de fabricantes, el precio y las presiones competitivas", señalan desde Bloomberg Intelligence. Rebota en el año un 28,5% De acuerdo con las estimaciones de los analistas para 2018, el PER (veces que el beneficio está incluido en el precio de la acción) es de 18,8 veces frente a la media de 21,7 veces del conjunto de las empresas con mayor valor en bolsa del sector espacial y defensa, del que forman parte firmas como Boeing o Safran. Rockwell Collins rebota en el año un 28,5 por ciento, pero sus títulos se han quedado sin potencial. La compañía cuenta con un endeudamiento de 4 veces su beneficio de explotación, uno de los más altos del Eco30. Pese a ello, luce una recomendación de mantener. La estimación de los expertos es que en el trienio sus beneficios se incrementen cerca de un 57 por ciento, hasta los 1.141 millones de dólares (964 millones de euros).