Se aprecia más de un 1,8% desde la reunión en Jackson Hole el pasado viernesCuando Mario Draghi apareció en la conferencia de banqueros centrales de Jackson Hole, en ningún momento mencionó la política monetaria en sus alocuciones. Pero ese día, horas antes de su intervención, el euro empezó a escalar y ya se ha apreciado un 1,84 por ciento desde los mínimos de esa jornada, hasta superar los 1,201 dólares durante la sesion de ayer. En lo que llevamos de 2017, la moneda se ha revalorizado en torno al 14,6 por ciento frente al dólar, niveles no vistos desde diciembre de 2014. La divisa europea continúa su trayectoria alcista, la que consolidó cuando superó la resistencia que encontraba en los 1,16-1,172 dólares a finales de julio. Como señaló entonces Joan Cabrero, director de estrategia de Ecotrader, "concluida la tendencia bajista que nació en los altos de 2008 en los 1,6 dólares por euro, el cruce debería buscar próximos objetivos en los 1,30-1,32 dólares". La tranquilidad con la que vivían los mercados se ha alterado por la necesidad de mayor transparencia de los bancos centrales sobre la política monetaria. El secretismo en las conversaciones entre Draghi y Yellen en Jackson Hole no deja claro si euro y dólar están en una zona de confortabilidad o al borde de una guerra de divisas. El mundo está ahora pendiente del italiano, que reunirá a su consejo de gobierno el 7 de septiembre, para saber si clarifica el futuro del QE. Si el viernes pasado la mayoría del consenso de mercado que recoge Bloomberg apostaba por una subida de los tipos de interés en la zona euro para diciembre de 2018, ayer se perdió esa mayoría. Los analistas ya no dan por hecho un aumento del precio del dinero ni siquiera el próximo año, de igual modo que ya no se espera un repunte de los tipos en EEUU en 2017 (ver información inferior). Sin embargo, el declive del dólar podría contenerse a corto plazo. El índice Dólar, que mide el valor de la divisa estadounidense con relación a una cesta de seis divisas extranjeras -euro, yen, libra, dólar canadiense, corona sueca y franco suizo-, ha tocado mínimos de 2015. El índice ha perdido un 9,9 por ciento en lo que va de año y marca 92 puntos. Por técnico, "desde ese nivel lo normal es que el dólar intente sentar las bases de un rebote", explica Joan Cabrero. "Al menos se tomará un descanso en las caídas". Desde que abandonó los 1,05 dólares en enero de 2017, el euro ha batido sus resistencias hasta los niveles actuales. En mayo, la divisa sobrepasó la barrera de los 1,1 dólares y a finales de junio superó la resistencia de los 1,14. Fue por aquellos días cuando Draghi habló en Sintra y sugirió que el BCE había comenzado a preparar la retirada de estímulos. A finales de julio, el euro sobrepasó la resistencia clave, los 1,16 dólares por primera vez desde enero de 2015. ¿Inquietud en los mercados? "Una tasa de cambio diferente sería mucho mejor", explica el presidente de la Federación de Industrias Alemanas, Clemens Fuest, en declaraciones a Bloomberg. "No obstante, creo que las economías alemana y europea son fuertes y pueden aguantar", concluye. En cambio, el economista jefe de Cofindustria, Luca Paolazzi, alerta del impacto de una apreciación rápida de la divisa. "Deberíamos prepararnos para menores ingresos dada la fortaleza del euro, y ello requerirá un cambio de estrategia", señala. Aunque para Europa un euro fuerte perjudica a las exportaciones, el presidente del Bundesbank, Jens Weidman, cree que los niveles del euro "son el reflejo de la mejora económica y no son preocupantes".