La presión de márgenes en la industria de inversión está provocando movimientos corporativos entre las gestoras para ganar tamaño, sobre todo en EEUU, donde el imparable ascenso de la gestión pasiva está poniendo contra las cuerdas a las grandes gestoras de fondos de inversión. La última operación anunciada ha sido la adquisición de Legg Mason por parte de Franklin Templeton, lo que situará a esta firma entre las cinco grandes por volumen de activos, con 1,5 billones de dólares. Pero hace tan solo unos días se conocía la intención de la gestora británica Jupiter para comprar Merian, la antigua gestora de Old Mutual.El auge de los fondos indexados y ETFs ha puesto contra las cuerdas a las gestoras tradicionales, sobre todo en los costes de sus productos, que deben demostrar buenos resultados por rentabilidad. La gestión pasiva ya representa un tercio del total de los más de 20 billones que aglutinan los fondos en EEUU. Este panorama deja a las firmas más activas en una situación complicada, por lo que las operaciones corporativas aparecen como una solución en un sector en el que la digitalización y la tecnología están dejando obsoletas muchas áreas de negocio.