La presidenta anuncia que se replanteará incluso el objetivo de inflación del 2%Ayer tuvo lugar la reunión número 500 desde la fundación del Banco Central Europeo (BCE), un encuentro que pasará a la historia como la reunión en la que Christine Lagarde, presidenta del organismo, dio el pistoletazo de salida a una revisión estratégica que se alargará durante todo 2020 y en la que se examinarán hasta los cimientos de la entidad. En una reunión marcada por la ausencia de cambios en el análisis macro o de los riesgos (Lagarde señaló que siguen siendo bajistas, pero que la situación ha mejorado ligeramente por el acercamiento entre EEUU y China) el Banco Central publicó los primeros detalles de su plan tras la rueda de prensa de Lagarde, un primer esbozo que, eso sí, es suficiente para anticipar que el organismo podría cambiar mucho durante los próximos meses. La cuestión principal es el análisis que hará el BCE sobre lo que se considera "estabilidad de precios", el mandato que le asignó Europa hace más de dos décadas, y que en 2003 se tradujo en mantener una inflación "en el entorno o ligeramente por debajo del 2%", algo que podría cambiar en los próximos meses.Las claves de la revisiónAdemás del objetivo en sí, el BCE ha reconocido que también pondrá bajo la lupa los instrumentos a utilizar para poder alcanzarlo, y analizará la efectividad y los efectos secundarios de los instrumentos que se han utilizado durante los últimos años. En este frente, Lagarde quiso dejar claro que considera que las herramientas de las que echó mano su predecesor (los tipos negativos y los programas de compras de deuda, principalmente), Mario Draghi, fueron las adecuadas, y han sido un pilar clave para la recuperación de la zona euro después de la crisis. "Gracias a la política monetaria de los últimos años se han creado millones de puestos de trabajo en la eurozona, y el crecimiento fue más rápido por eso. Es un argumento muy sólido para explicar porqué la política monetaria ha sido la que ha sido. Yo no difiero de Draghi en ese frente", señaló la francesa en la rueda de prensa. Tras ser preguntada si está preocupada por los bajos tipos de interés, aclaró que lo está, pero no por los tipos per se, si no porque "los bajos tipos se explican porque hay un crecimiento débil. Preferiría tener un crecimiento más alto y tipos más altos. Ese sería un bendito problema, pero no es el actual", señaló.Además de la revisión del objetivo de inflación y de las herramientas a utilizar, dos medidas centradas en los aspectos más técnicos que tiene entre manos el organismo, el BCE tiene en mente analizar cual debe ser su papel en la lucha contra el cambio climático, una cuestión que puede ser polémica, ya que hay quien considera que el organismo se excedería en su mandato y estaría entrando en un terreno en el que no tiene jurisdicción. "Soy consciente de que tendremos debates y discusiones", destacó Lagarde; "¿Habrá un cambio de mandato? ¿Terminará siendo una distracción? ¿Porqué debe ser esto responsabilidad del BCE? ¿No estaremos pisando a las autoridades competentes, y estas se acomodarán?", son algunas de las cuestiones que Lagarde anticipa que se plantearán en la discusión. "Soy consciente de todo esto", aclaró, "pero también lo soy del peligro que supone no hacer nada".Por último, el organismo destaca que también pondrá en revisión la forma que tiene de comunicarse con los mercados y con los ciudadanos. Durante los últimos meses ha surgido la especulación de que el BCE podría terminar publicando qué es lo que ha votado cada miembro del Consejo de Gobierno en las reuniones, y un dot plot similar al de la Fed, que recoge las perspectivas de tipos de interés de los distintos miembros del organismo.Lagarde aclaró también que, hasta que se anuncien los cambios, probablemente en diciembre de 2020, el BCE seguirá trabando de forma independiente a la revisión estratégica, sin cambiar la manera de hacer las cosas que ha imperado en los últimos años.