Las acciones de Meliá rebotan ya un 7 por ciento desde los mínimos de septiembre de 2013 –bajo los 7 euros– hasta los que se hundieron el 15 de agosto. Un repunte que se ha visto reforzado este miércoles con un empujón que llegó a ser de más del 3 por ciento tras salvar la primera denuncia por los hoteles sobre terrenos expropiados en Cuba, uno de los principales riesgos que pesa sobre su cotización desde que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, activara en abril el artículo de la ley Helms-Burton que permite a particulares y empresas del país norteamericano reclamar una indemnización por los bienes que les fueron confiscados durante el castrismo.En la misma sesión, BBVA y GVC Gaesco Beka han aprovechado el contexto para reiterar la recomendación de comprar sus acciones. Un consejo que respalda el 73 por ciento de las firmas de inversión que siguen su cotización. De media, este consenso eleva el precio objetivo de Meliá de cara a los próximos 12 meses hasta los 10,2 euros, lo que implica un potencial alcista de casi el 40 por ciento.El grupo hotelero no ha perdido la confianza mayoritaria de las casas de análisis en los últimos meses de caídas en el parqué, pero el endurecimiento del embargo a Cuba por parte de Estados Unidos y la estrategia de atacar a las empresas implantadas en la isla del Caribe sí han ahuyentado a los inversores institucionales norteamericanos, que prácticamente han desaparecido del capital de la compañía de la familia Escarrer, "tras llegar a suponer más de un 10 por ciento", según destacan fuentes del sector.Respecto al negocio, la gestión de hoteles en Cuba ha llegado a representar más de un 10 por ciento del ebitda (beneficio bruto) de Meliá y, pese a haber esquivado una sentencia en los juzgados de Mallorca, distintos procesos amenazan el crecimiento en este enclave estratégico.No es el único riesgo que ha soporta la hotelera en bolsa. El equipo de analistas de Bankinter resume los principales: "La fuerte competencia de destinos alternativos en el Mediterráneo, los problemas estructurales en resorts en América y Caribe y la dificultad para seguir aumentando precios en hoteles urbanos en Europa".El atractivo de destinos comparables y más baratos en el Norte de África y Turquía y el desincentivo que supone la depreciación de la libra frente al euro por el Brexit para el turista británico –el principal cliente del grupo– continúa impactando en los resultados de Meliá, "especialmente en Canarias, que en condiciones normales supone alrededor de un 10 por cientos de las ganancias", recalcan desde Bankinter.Sin embargo, el escenario no es tan catastrófico como se veía a principios de año y estas incertidumbres no han impedido que el consenso de expertos que sigue su cotización haya elevado sus estimaciones de ebitda un 20 por ciento para este año y un 21 por ciento para 2020. "Los títulos de Meliá están descontando un escenario que consideramos excesivamente negativo y presentan un descuento elevado", apunta Renta 4. "Meliá es una compañía familiar bien gestionada y con una estrategia sostenible en el largo plazo: crecer vía contratos de gestión y tener un balance menos pesado", incide Bankinter.