En mitad del desplome de las bolsas, las encendidas declaraciones de Trump y China permitiendo depreciarse su moneda pasó desapercibido el acelerón que registró el euro el pasado lunes. La divisa europea subió más de un 1,2 por ciento, el mayor alza en año y medio. Mala noticia para la economía de la zona europea en un momento delicado con la industria gripada y luchando por no caer en la recesión.El euro débil fue uno de los vientos de cola que permitieron sacar al bloque comunitario de la recesión, junto a la política monetaria de tipos bajos del BCE y el desplome del petróleo en 2014. Desde 2008, la economía europea liderada por Alemania se ha volcado en las exportaciones arrebatando el puesto de superpotencia por superávit de cuenta corriente a China, precisamente en 2014. En 2018, ascendía a 335.715 millones de euros, suponiendo el 3,5 por ciento del PIB.Pero la fiesta del euro barato para seguir impulsando las exportaciones europeas puede haber terminado si China y EEUU terminan enzarzándose en una guerra de divisas abierta. El euro está atado de pies y manos para competir en una depreciación salvaje entre los dos bloques económicos. Tanto Pekín como Washington tienen herramientas para intervenir directamente en el mercado, algo de lo que carece Europa. Su principal resorte son las decisiones sobre política monetaria del BCE y actualmente se encuentra bastante mermado. En comparación con la Fed, el banco central europeo se encuentra con los tipos actualmente en cero. Desde el uno de agosto, la divisa europea se ha apreciado más de un 2,2 por ciento. Una subida que se ha producido a pesar de que el BCE ya ha adelantado que en septiembre va a profundizar en los tipos negativos y a reactivar el QE."Si finalmente el Gobierno de EEUU toma medidas para debilitar el dólar, esto serían malas noticias para las economías en Europa", señala Louis Kujis, jefe de Oxford Economics para Asia. El experto destaca que "la apreciación de su divisa no sería bienvenida en un momento en el que el crecimiento económico se está desvaneciendo".Más compras de renta fijaPrecisamente la expectativa de esa reactivación del QE devolvió hace semanas el apetito por la renta fija, que se ha incrementado a medida que crecía la tensión comercial, con los inversorses huyendo de la renta variable en busca de refugio. La rentabilidad del bono alemán a 10 años volvió a marcar ayer un nuevo mínimo histórico, al situarse en el -0,539 por ciento. También tocó un récord la de su homólogo francés, en el -0,268 por ciento. Las compras se extendieron a otros países europeos, como España. El rendimiento de la deuda española a una década se contrajo hasta el 0,224 por ciento, acercándose también al nivel histórico que marcó en julio en el 0,207 por ciento. Al otro lado del Atlántico, el bono de Estados Unidos no repetía una sesión fuerte de compras, pero rondaba el nivel del 1,73 por ciento.