El título a diez años de EEUU se sitúa en su nivel más bajo de rentabilidad desde 2016Los bonos norteamericano y alemán a diez años y el oro han vuelto a acaparar el interés de los inversores ante las turbulencias de los mercados. La depreciación del yuan y su presión sobre el dólar han servido para que estos activos se conviertan de nuevo en el refugio del dinero más temeroso, ante la escalada de una guerra comercial que se va recrudeciendo día a día.La demanda de deuda de Estados Unidos ha llevado la rentabilidad de estos títulos a diez años al 1,76 por ciento, su nivel más bajo desde finales de 2016, pocos días antes de que ganara Donald Trump las elecciones presidenciales, mientras que el Bund alemán se ha situado en el -0,516 por ciento, ligeramente por debajo del -0,49 por ciento con que cerró la semana pasada, su mínimo histórico.Por su parte, el oro ha tocado los 1.465 dólares manteniendo su tendencia alcista en 2019, que se encuentra en máximos no vistos desde hace seis años, gracias a la inversión de bancos centrales y otros inversores institucionales.En el caso de la deuda alemana, el mal dato del índice manufacturero en la considerada locomotora de Europa durante el mes de julio, donde se ha situado en 50,9, puntos –a un paso de lo que se consideraría contracción y por debajo de los 51 puntos por primera vez desde junio de 2013– ha acentuado esa búsqueda de refugio, pese a que la deuda alemana a 30 años entró el viernes por primera vez en terreno negativo, y se sitúa ahora en el -0,224 por ciento de rentabilidad.Los bonos soberanos europeos de países como España y Portugal también han vuelto a ver mínimos de rentabilidad, al situarse en el 0,24 y el 0,28 por ciento.El recrudecimiento de la guerra comercial deTrump contra China podría profundizar esta afluencia de inversores hacia los activos de deuda ante las dudas sobre la evolución de las bolsas, pese a que el presidente norteamericano pretende forzar la devaluación del dólar para mantener la tendencia alcista. Algo para lo que debería contar con el apoyo más decidido de la FED y que, de momento, no parece muy dispuesta a realizar al ritmo que pide el presidente norteamericano, como demuestra el recorte de tan solo el 0,25 por ciento de los tipos de interés.Esta aversión al riesgo bursátil y la búsqueda de seguridad en la renta fija se produce en un momento, además, en que el 25 por ciento de las emisiones mundiales de deuda se encuentran ya en territorio negativo, lo que significa que a los inversores no les importa pagar por tener su dinero bajo resguardo. Es lo que en Pimco, una de las mayores gestoras de fondos de renta fija, denominan la nueva normalidad para los países occidentales, y que en Estados Unidos podría ocurrir antes de lo que el mercado considera. Pero Joachim Fels, asesor económico global de la firma, advierte de que si la Reserva Federal se viera presionada a acentuar su bajada de tipos de interés y volver a introducir medidas monetarias expansivas, la entrada de la deuda norteamericana en este terreno de rentabilidad negativa podría ser algo más que probable.