El mercado teme una fuga de capitales en China y que el país exporte deflación a otras economíasDeja caer a su divisa más allá de 7 yuanes por dólar para afrontar una guerra comercial más dura"Se acerca un tsunami". "Las consecuencias de romper los 7 yuanes por dólar son tremendas". Son solo un par de reacciones de analistas durante las últimas horas, pero la alarma que destilan resumen bien el desasosiego que recorre el mercado. La decisión tomada por China este lunes de dejar caer al yuan para elevar la competitividad de sus productos y contrarrestar el efecto de los aranceles de Estados Unidos en sus exportaciones acarrea serios riesgos para la economía global: como una fuga de capitales del gigante asiático, una escalada de la guerra comercial que debilite aún más un crecimiento económico ya en plena desaceleración o un incremento de la incertidumbre entre los inversores y un descenso de la confianza empresarial."China parece estar posicionándose para una guerra comercial más severa", advierte el equipo de expertos del departamento de análisis de Bloomberg, que explica que la devaluación implícita de la moneda de este lunes, que cayó a mínimos no vistos desde 2008, más allá de los 7 yuanes por dólar, "sugiere que está tratando de amortiguar un choque más severo", así como la amenaza de romper el acuerdo de comprar productos agrícolas norteamericanos. "El yuan puede depreciarse a 7,5 por dólar si el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cumple con su amenaza de aplicar aranceles de hasta un 25 por ciento en otros 300.000 millones de dólares en productos chinos", destacan desde Citi. "El mayor daño de la guerra co-mercial es el aumento de la incertidumbre, que perjudica la actividad empresarial y la confianza, en lugar de los aranceles en sí mismos", reflexiona Wang Tao, economista de UBS en China, quien considera que, por esta razón, "un yuan más débil hace poco para compensar el golpe". Desde que comenzó el conflicto arancelario, la divisa asiática se deprecia un 11,5 por ciento.La reacción de este lunes en los mercados muestra los riesgos crecientes –ver páginas siguientes–. Ya ocurrió tras la devaluación de agosto de 2015 y también en enero de 2016 –ver gráfico–. El Dow Jones perdió más de un 10 por ciento en la primera ocasión y un 6 en la segunda, arrastrando al resto de índices. Los analistas coinciden en que "los controles más férreos y estrictos deberían ayudar a prevenir otro éxodo", pero admiten que "la depreciación del yuan refleja la salida de capitales de China" y también exporta deflación al resto de la economía mundial". Además, genera un relato propicio para que Trump siga presionando a la Reserva Federal (Fed) para que sea más agresiva en el ciclo de bajada de los tipos de interés y debilite al dólar.Siendo más optimistas, cabe la posibilidad de que China logre pilotar este intento de devaluación controlada y que al final de las fuertes turbulencias vuelva la normalidad, como ocurrió en 2015 y 2016. Este escenario plantearía una corrección severa en los mercados, pero no tendría por qué ser el fin o el comienzo de una recesión global. Lo que está claro es que China ha cambiado de estrategia y ya no quiere ser el saco de boxeo de Trump, aunque cuenta con unas vastas reservas de divisas (3,2 billones de dólares), su banco central, el PBOC, estaría tomando medidas de precaución ante de empezar a quemar dólares, para seguir defendiendo el tipo de cambio del yuan, algo que que ya hizo en 2015 y 2016, generando también importantes tensiones en los mercados.¿Un movimiento natural?Este gesto del PBOC será posiblemente interpretado como parte de la respuesta a los aranceles de Trump, pero la realidad es que podría ser el movimiento natural ante la presión bajista que lleva sufriendo el yuan desde 2015. La fortaleza de la economía de Estados Unidos y las subidas de tipos de la Fed entre 2015 y 2018 han generado fuertes tensiones en este tipo de cambio. Las autoridades chinas han aprobado controles de capital y han hecho todo lo posible por mantener un tipo de cambio relativamente constante (banda de fluctuación) que conserve la confianza de los inversores y la estabilidad financiera.Sin embargo, a medida que el dólar se fortalece y la incertidumbre sobre la economía global se extiende, las dificultades de China para mantener este equilibrio son mayores. Aunque este movimiento haya sido visto como una respuesta de Pekín para abaratar sus bienes y servicios, "lo cierto es que la medida sugiere que China considera que es necesario permitir una mayor flexibilidad monetaria para contrarrestar los vientos en contra que llegan del frente comercial", señalan en Commerzbank. No obstante, en un sistema monetario y financiero tan opaco como el chino tampoco se puede descartar que este movimiento busque (a la vez) dar un golpe a Trump y desemboque en una guerra total de divisas.Esta devaluación puede ser un empujón más para que el dinero que está en China busque una salida antes de que PBOC siga dejando que el yuan se ajuste más a las expectativas del mercado y el banco central vaya renunciando a intervenir. Los ahorradores del gigante asiático y los inversores extranjeros podrían mostrar cierta ansia por convertir sus activos en yuanes en otras divisas, lo que intensificará la presión vendedora con la divisa china y las salidas de capitales.Louis Kujis, jefe de Oxford Economics para Asia, cree que "ver una mayor debilitamiento del yuan, podría ser la consecuencia de un dólar al alza... el movimiento de este lunes recalca que los mercados globales y las instituciones tendrán que acostumbrarse a un yuan que se regirá más por las fuerzas del mercado y la mayor volatilidad que ello conlleva".