La teoría y la historia dicen que una bajada del precio del dinero en una economía implica debilidad de su divisa. Desde el primer punto vista, se explica porque un estrechamiento de los tipos de interés respecto a otros mercados desincentiva invertir en activos denominados en dicha moneda. Desde la parte de la estadística, se puede observar el ejemplo del 20 por ciento que llegó a depreciarse el dólar en su cruce con el euro la última vez que la Fed inició un ciclo de reducción de las tasas oficiales a finales de 2007, hasta que la divisa comunitaria registró sus máximos históricos en la zona de los 1,6 dólares.La parte teórica choca en esta ocasión con el BCE, que también prepara una ronda de estímulos monetarios, y de la mayor fragilidad de la economía de la eurozona, lo que podría postergar la debilidad del euro, al menos en el corto plazo, pese que la Fed continúe bajando los tipos de interés. A medio y largo plazo, la tendencia del dólar dependerá de la profundidad con la que afronten la nueva vuelta de tuerca acomodaticia cada banco central.Actualmente, el euro perdió este miércoles los 1,11 dólares por primera vez en 2019. La depreciación de la moneda común es de más del 10 por ciento desde los 1,25 que llegó a registrar en 2018. Una meta que al presidente de EEUU le gustaría que se alcanzara para que el billete verde eliminara la ventaja competitiva con la que dice que cuentan la eurozona o China. Su aspiración es contar con una divisa débil para compensar los desequilibrios generados por su agresiva política comercial y que no tiene complejos en presionar públicamente a una institución independiente como la Fed para conseguirlo.