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China, el 'cisne negro' de las acereras
Laura de la Quintana
Las estimaciones de beneficio para el sector mundial del acero han mejorado en un 14 por ciento sólo en los últimos cuatro meses de cara a 2017, cuando se cree que las firmas ganarán en conjunto casi 18.000 millones de euros. ArcelorMittal y Acerinox son parte de la recuperación que ahora está en entredicho por la brutal competencia china y las medidas ?antidumping? aprobadas por la UE
Decir que China es una amenaza para la economía europea es un hecho reconocido públicamente por las compañías -sobre todo industriales- y por la propia Comisión Europea. Algo que no ha impedido que asome ya la cabeza un cisne negro el próximo mes que podría dar al traste con un sector, como el del acero, en plena efervescencia después de dos dramáticos años, como fueron para sus firmas, 2014 y 2015. Y esta recuperación podría quedar truncada.
A lo largo del mes de diciembre, la Unión Europea debe renovar el convenio comercial que mantiene con China, y que considera, hasta ahora, al país como una economía no de mercado. Una denominación que podría cambiar. De ser así, las acereras que comercializan sus productos en Europa deberán competir directamente con las firmas chinas, cuyos costes son infinitamente más bajos dadas las condiciones laborales y medioambientales que se aplican en un país en vías de desarrollo. En cualquier caso, no es un cambio demasiado factible, dicen los productores, aunque sí reclaman una mayor protección frente a la competencia china, porque las actuales medidas anticompentencia que impone la UE se antojan insuficientes para ellos. El Comité Económico y Social Europeo (CESE) ha reconocido que "entre los años 2000 y 2014 los sectores industriales perdieron 6,7 millones de trabajadores, un 12 por ciento del total" y no, precisamente, porque cayera la producción que, durante ese periodo, se incrementó en un 144 por ciento. Y todo, a pesar de las medidas antidumping impuestas contra China, que aglutina contra sus exportadores la mitad de las leyes anticompentencia a nivel mundial.
El resurgir del acero
2016 se ha convertido en el año en el que las firmas más duramente castigadas durante 2015 han logrado reconstruirse a partir de sus cenizas. Es el caso de las acereras, mineras e, incluso, petroleras que tan denostadas estuvieron hasta el pasado mes de febrero. Las estimaciones de beneficio para 2017 para el sector del acero mundial han mejorado un 14 por ciento desde el cierre del primer semestre, hasta cifrar unas ganancias de 17.800 millones de euros el próximo año, cuando se ha notado especialmente esta mejoría. De cara a 2018, las previsiones recogidas por FactSet han repuntado otro 4 por ciento, hasta un beneficio conjunto de 20.160 millones de euros. Y es una situación extrapolable a las únicas dos cotizadas vinculadas con este sector que figuran en las filas del Ibex 35. ArcelorMittal y Acerinox se encuentran entre el quinteto de firmas que ha visto aumentar más sus estimaciones de beneficio de cara al próximo año (un 66 por ciento y un 6,7 por ciento, respectivamente, hasta sendos 1.196 millones y 150 millones de ganancias), aunque el caso más destacable es el de la firma luxemburguesa. El consenso de mercado ha pasado de prever pérdidas para la compañía en 2016 cuando arrancaba el año, a creer que cerrará el ejercicio por encima de los 1.000 millones de beneficio, una barrera que mantendrá en el trienio. Arcelor y Acerinox son dos de las tres firmas con origen no chino que se cuelan entre los diez mayores productores de acero inoxidable del mundo, que controlan el 58 por ciento de la producción mundial. La tercera en discordia es la finlandesa Outokumpu. "Durante los últimos 25 años en Europa las doce acereras que existían han acabado fusionándose en cinco firmas: tres de gran tamaño, Aperam, Outokumpu y Acerinox, y dos pequeñas, AST -de ThyssenKrupp- e Industeel -de Arcelor-", versa un informe de JP Morgan en el que se habla de una clara "sobrecapacidad" de la industria china del acero, que acapara las exportaciones a nivel internacional, ante una demanda interna cada vez inferior debido a la evolución de su ciudadanía hacia el sector terciario de la economía. Pero esto no impide que China, per sé, siga teniendo un problema de sobregeneración en términos industriales -y ojo porque, dicen los expertos, que llegará también a la evolución tecnológica-. "No se puede pensar en la globalización sólo en términos industriales. La conectividad va en todos los sentidos", argumenta el CESE en su guerra antidumping. "Su modelo de crecimiento está basado en la inversión pública", sostiene, "que representó el 46 por ciento del PIB en 2015". Es decir, es un modelo creado a base de subvenciones a las empresas y en eso Europa no puede competir.
La inversión de la UE alcanzó el 19 por ciento de su economía en 2015. En EEUU fue del 20 por ciento, pero su modelo proteccionista, apuntan expertos como Andrés Barceló, presidente de Unesid (Unión de Empresas Siderúrgicas), está muy por encima de lo que se entiende en Europa. "Sus leyes comerciales están diseñadas para proteger a la industria, mientras que aquí se prima la defensa del consumidor" para evitar que las compañías cometan excesos sobre sus precios, asegura.
Pero hay más. A pocos días de conocer el resultado de las elecciones estadounidenses, si la victoria fuera para el republicano Donald Trump, firme defensor del proteccionismo americano, "Europa sería uno de los grandes perdedores, porque es la única que se mantiene fiel a las reglas del libre comerico", concluyen desde Saxo Bank.