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La Liga exige a los clubes un modelo eficaz para prevenir delitos para poder competir
- El objetivo es "tener la mejor liga en transparencia y buena gobernanza"
Pedro del Rosal
En España, sólo dos organizaciones están obligadas a tener un programa de prevención de delitos -o programa de compliance-: los partidos políticos, en virtud del artículo 9 bis de la Ley de Partidos Políticos, y los clubes de fútbol. Los Estatutos de La Liga de Fútbol Profesional -artículo 55.19- establecen como requisito de inscripción en la misma la adopción y ejecución "con eficacia" de modelos de organización y gestión que incluyan medidas de vigilancia y control "idóneas" para prevenir la comisión de delitos o reducir significativamente el riesgo de su comisión. | Más noticias en el suplemento gratuito elEconomista Buen Gobierno y RSC.
Esta obligación, que se extiende a todos los clubes de Primera y Segunda División, se instauró en la temporada 2016-2017. "Los que ya lo tienen implantado, este año tendrán que acreditar a La Liga que están encima y lo están supervisando", explica Esperanza Bernal-Quirós, responsable de Cumplimiento Normativo de La Liga. Este requisito deberá realizarse en el momento de inscripción, para cuyo plazo los clubes tienen del 1 al 31 de julio.
Bernal-Quirós reconoce que no ha sido sencillo introducir en el mundo del fútbol una materia tan nueva y que supone un cambio grande de cultura, pero se muestra ambiciosa: "Tenemos la mejor competición deportiva del mundo y lo que queremos es llegar a ser la mejor liga en materia de transparencia, buena gobernanza y gestión".
Resultados
La patronal de los clubes constituyó su órgano de compliance en 2015 como parte de su apuesta por mejorar la gestión, transparencia y control en el fútbol. "Queda todavía por hacer, pero se ha avanzado mucho", subraya Bernal-Quirós.
Los resultados están ahí: la deuda con Hacienda se ha reducido de forma notable, los clubes se rigen por la regla del equilibrio económico financiero y hasta Transparencia Internacional ha certificado los avances en publicidad y rendición de cuentas de los equipos.
El Departamento de Cumplimiento de La Liga ha actuado en dos frentes. Desde el punto de vista interno, ha desarrollado e implantado un sistema propio de compliance en un contexto complejo dado el avance de las nuevas tecnologías y la expansión del organismo -supera los 200 empleados y cuenta con cada vez más filiales en el extranjero-.
Por otro, está trasladando esta cultura de cumplimiento a los clubes, exigiéndoles sus propios programas de compliance, y asistiéndoles en esta materia.
El modelo interno
El Órgano de Cumplimiento de La Liga -al menos de momento- es unipersonal. Entre sus funciones se encuentra la de fomentar la difusión y cumplimiento del Código Ético y demás normativa interna; gestionar el canal de denuncias; el control interno; y llevar a cabo la supervisión y control continuos del sistema de gestión del compliance.
Además de un nuevo Código de Buen Gobierno, La Liga ha implantado un canal de denuncias. Una plataforma "personalizada", diseñada junto a un tercero, y que contiene todos los requerimientos.
Cuando un empleado formula una denuncia, ésta llega en primera instancia a un colaborador externo que hace un primer filtrado. Una vez superado éste, se comunica al Departamento que decidirá si denuncia o abre una investigación.
Próximamente, La Liga difundirá su política de regalos y, además, está desarrollando una política de control de gastos. La idea del Departamento es la de digitalizar todos los procesos para introducir "mayor control y mayor agilidad".
El Órgano de compliance de la patronal del fútbol también somete a "auditorías puntuales" a todas aquellas áreas en las que detectan más riesgo o margen de mejora. Y, una vez implementados los procesos en marcha, La Liga realizará una auditoria de todo su sistema.
El Departamento de Cumplimiento de La Liga depende directamente de la Comisión Delegada -el órgano de administración y gobierno-. "Tengo acceso directo a la dirección", remarca Bernal-Quirós, que incide en el papel fundamental que está jugando el apoyo y la colaboración de los órganos directivos en su tarea. "Son los primeros interesados en que esto funcione, si no, no sería posible", reconoce.
Sistemas certificados
El objetivo de La Liga es obtener todas las certificaciones que acrediten la eficacia de su modelo de compliance. Un requisito que Bernal-Quirós no descarta extender a los clubes. No obstante, recomienda no fiarlo todo a la certificación. "Conviene, además, que lo auditen de forma periódica", advierte.
Por otro lado, señala el compromiso que La Liga tiene con la integridad. Prueba de ello fue una de las impulsoras de la introducción del artículo 286 bis.4 del Código Penal, relacionado con el amaño de partidos. Un precepto que viene a representar un riesgo más al que hacer frente por parte de los clubes y que es observado desde La Liga con especial interés.
Bernal-Quirós, a pesar de las dificultades, aplaude la actitud de los clubes en la introducción de la prevención de delitos. "Están muy por la labor y son conscientes de la importancia que tiene". Además de a la dimensión legal, el fútbol debe atender al impacto mediático y reputacional de sus actuaciones, "por lo que es muy importante que hagamos bien las cosas".