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La tecnología acabará con el mercado legal actual: "Hay que transformarse"

  • Bufetes y asesorías jurídicas implantan ya medidas digitales en sus procesos
  • Los inversores apuestan ya por esta nueva forma de ejercer la profesión
  • El perfil de los abogados cambiará y la programación tendrá importancia

Ignacio Faes

El sector legal también está afectado por la irrupción tecnológica. La llegada de la digitalización ha cristalizado, en este ámbito, en el denominado Legal Tech, que obliga a los despachos y las asesorías jurídicas de las grandes empresas a transformar sus procesos y su forma de trabajar. Un cambio que, según los especialistas, acabará con el mercado legal actual y forzará a todos los operadores a adaptar sus procedimientos y servicios y generará un nuevo modelo, el New Law.

"El modelo legal al que estamos acostumbrados desde hace 60 años se va a acabar", asevera José Julio Figueroa, director general del Área de Asesoría Jurídica en Acciona. Figueroa participó en el observatorio La digitalización en el sector legal, organizado por elEconomista en colaboración con PwC. "El Legal Tech será clave en la adaptación que necesariamente tendrán que acometer las asesorías jurídicas internas", señala.

La aparición del Legal Tech "no es ninguna moda", según coinciden todos los expertos, y ha llegado para cambiar el sector legal. "Tenemos que reinventarnos", asegura Patricia Manca, socia de PwC España. "Estamos ante un sistema distinto de ofrecer soluciones legales", añade David Mellado, también socio de PwC España.

"El 'New Law' supone un cambio radical del mercado legal al que estamos acostumbrados desde hace 60 años, diferenciando precios del servicio de valor de los del servicio 'commodity'", asegura José Julio Figueroa, de Acciona S.A

La tecnología ha cambiado ya la forma de trabajar tanto en despachos como en las asesorías jurídicas de las empresas. Sin embargo, David Mellado piensa que esta reforma ha llegado antes a los bufetes. "Para introducir todos estos cambios necesitas cierto volumen y mucha inversión", explica.

Según los últimos estudios, las compañías Legal Tech se han fundado, en su mayoría, en los últimos seis años, y tienen todavía un tamaño pequeño. El 78% está integrado por entre uno y diez trabajadores.

En cuanto a su financiación, solo el 3% ha conseguido más de 5 millones de euros, otro 3% ha logrado entre 1 y 5 millones de euros, y el 7%, entre 500.000 euros y un millón de euros. El 18%, entre 100.000 euros y 500.000 euros; el 10% no ha alcanzado los 100.000 euros, mientras que más del 50% aún no ha acudido a ninguna ronda. Sin embargo, los especialistas aseguran que ya han despertado el apetito inversor. "En España ya hay movimientos de fondos de inversión que están comprando despachos de abogados", destaca David Mellado.

Dotación de medios

Belén González Soria, directora de Control y Desarrollo de Procesos de los Servicios Jurídicos de Bankia, subraya que "una cuestión fundamental es que por parte de nuestra organización haya una dotación de medios para poder adaptarnos a todos estos cambios". González Soria indica que "las grandes firmas están apostando por la tecnología y desde hace un año y medio o dos años se están destinando muchos fondos".

"Es una evolución para todos y debemos asumir el reto y adoptar esta nueva cultura", señala Belén González Soria, de Bankia

Sin embargo, José Julio Figueroa, que está al frente de la asesoría jurídica de Acciona, reconoce que, en general, estos departamentos carecen de una motivación por la innovación. "Las empresas invierten en esto para ver si consiguen una bajada de costes, pero, seamos sinceros, el retorno de esta inversión no se verá en el corto plazo", considera Figueroa. "El proceso de transformación es enorme y necesitamos a un sherpa, alguien con experiencia en procesos similares, aunque sea en otros sectores, que nos ayude a alcanzar esta cima", añade.

Antonio García Martínez, secretario del consejo y director legal de Orange, destaca que la clave en la implantación de la tecnología es la eficiencia. "Nosotros tenemos un programa con el que podemos robotizar muchos procesos", explica. "Esto nos permite llegar a expedientes que antes, en condiciones normales, no llegábamos", afirma. En cualquier caso, Antonio García coincide con José Julio Figueroa en que el ahorro de costes literal aún no ha llegado. "Sin embargo, nosotros lo hemos encontrado en llegar a más asuntos de lo que lo hacíamos antes, consiguiendo más expedientes y más mejoras", manifiesta.

Simplificar y automatizar

José Luis Barceló Blanco-Steger, director de la Asesoría Jurídica de Ilunión y Fundación Once y secretario general del Foro de la Contratación Socialmente Responsable, señala que "nosotros lo que tratamos es de automatizar o simplificar muchas tareas de la asesoría jurídica mediante la tecnología".

En este sentido, José Luis Barceló destaca que en Ilunión "trabajamos prácticamente en digital". El responsable de la Asesoría Jurídica explica que este cambio "hay que asumirlo con naturalidad y valentía. Hay que montarse en la ola y liderar tú el proyecto".

"La eficiencia es la clave en este cambio global y las asesorías jurídicas no podemos quedar al margen", destaca Antonio García Martínez, de Orange

José Julio Figueroa coincide con José Luis Barceló y entiende que hay una capa de comoditización muy alta, que será sustituida por la tecnología Legal Tech. "El abogado se tiene que centrar en asuntos complejos y no en actividades automatizadas".

Los expertos creen que la llegada de la digitalización supondrá un cambio en los perfiles profesionales que buscan los despachos y las asesorías jurídicas. José Luis Barceló Blanco-Steger considera que hay una clara transformación de la función de los abogados como consecuencia de la llegada de la tecnología. "Hay que estar abiertos y aprender", destaca. "Hay que quitarse el miedo a tener conocimientos en pequeñas programaciones e incorporar equipos con más técnicos", añade.

Nuevos perfiles

Belén González Soria coincide y destaca que el abogado no puede quedarse al margen de la transformación tecnológica. "Los letrados tienen que conocerlo para poder aplicar todas las mejoras, pero este cambio va más allá", apunta. "Exige un cambio de mentalidad", apostilla. A su juicio, "el abogado artesanal va a seguir existiendo, pero va a tener que compartir espacio con despachos New Law". La responsable del Área de Procesos de Servicios Jurídicos de Bankia apuesta por equipos multidisciplinares. "Tenemos ingenieros y físicos trabajando con nosotros".

Por su parte, Antonio García Martínez, de Orange, señala a la coordinación entre equipos como uno de los factores más importantes. "Legal no puede ser un departamento independiente. Cuando estás pensando en un proceso tienes que actuar con distintos departamentos y mirar siempre al cliente externo", manifiesta.

"Hay que atreverse y ser valiente ante esta oportunidad, es fundamental motivar a todos", apunta José Luis Barceló Blanco-Steger, de Ilunion y Fundación ONCE

José Julio Figueroa, de Acciona, añade que "la formación tecnológica de los abogados será un valor diferencial". En este sentido, Figueroa alerta de que se producirá una brecha entre los que salgan de la universidad -con una preparación más tecnológica- y los que ya estén trabajando. Figueroa reconoce que las asesorías jurídicas tienen gente con un perfil más "refractario" a los cambios tecnológicos que la media, por lo que apuesta por identificar a los trabajadores jóvenes "que puedan impulsar el cambio desde dentro".

Los despachos, a la cabeza

David Mellado, socio de PwC Tax & Legal, considera que la revolución tecnológica ha llegado antes a los despachos que a las asesorías jurídicas internas de las empresas. "Esto surge de muchas firmas americanas que prestan servicios de una forma distinta a lo que se llevaba haciendo años", explica. A su juicio, hace falta cierto volumen para poder implementar de manera correcta el Legal Tech y todas sus herramientas.

En cuanto al futuro del sector, Mellado vaticina que los despachos con actividades más fácil de automatizar lo tendrán más difícil con la llegada de la tecnología. "Los bufetes pequeños que se limitan a elaborar contratos pequeños lo tendrán muy difícil en 10 años", señala. "Para entonces ya contaremos con una aplicación informática en la que meterás todos los datos y te lo hará de manera automática por muy poco dinero", añade.

"Ya vivimos a través del teléfono y no lo hemos trasladado a la profesión, hay que reducir esa brecha", indica Patricia Manca, de PwC Tax & Legal Services

Su compañera Patricia Manca, también socia de PwC Tax & Legal Services, asegura que la digitalización "es algo imparable". Manca destaca cómo ha cambiado la vida de las personas un teléfono inteligente. "Ya vivimos a través del smartphone, pero no lo hemos trasladado todavía al ámbito profesional", comenta. "Lo que tratamos de hacer en el despacho es reducir esa brecha", añade.

David Mellado asegura que el gran reto de la digitalización está en la competencia. "El que desarrolla una herramienta buena es capaz de desplazar a los demás despachos", afirma. En cuanto al cambio, para Mellado "es fundamental dejar de trabajar por silos". El abogado apunta que "antes dábamos mucha importancia a la especialización, que hubiera muy pocos perfiles así". En este sentido, considera que "ahora creo que los demás, a los que antes no se les daba tanta importancia, van a tener mucha relevancia".

Sin embargo, el experto indica que aún hoy en día aparecen personas que se resisten a este cambio. "Empieza a haber movimientos de abogados que tienen una resistencia a este fenómeno", comenta.

Cambio de mentalidad

Belén González Soria, directora de Control y Desarrollo de Procesos de los Servicios Jurídicos de Bankia, rechaza este movimiento. "Los abogados tienen que conocer Legal Tech para poder aplicar toda la tecnología posible a sus procesos", destaca la especialista.

Sin embargo, González Soria precisa que este cambio "supera la mera aceptación de la tecnología". A su juicio, "es un cambio de mentalidad que nos toca acometer". Destaca que "hoy hay soluciones que hace años eran impensables y las cosas de menor valor ya no consumen el día a día".

"Esto no es una moda, viene para quedarse y hace falta mucha inversión", asevera David Mellado Ramírez, de PwC Tax & Legal Services

Antonio García, secretario del consejo y director legal de Orange, señala que "trabajar de otra manera no implica renunciar a la profesión". García entiende que "cuando la gente vea el beneficio de todas estas herramientas las va a abrazar desde el minuto uno". Por ello, el especialista apela al compromiso de las compañías y los despachos para implantar de forma correcta el Legal Tech e involucrar a todos los profesionales. "Lo que tenemos que hacer como empresas es empujar y, en este sentido, el compromiso de Orange es absoluto en esta materia", añade Antonio García.

José Luis Barceló Blanco-Steger, director de la Asesoría Jurídica de Ilunión y Fundación Once y secretario general del Foro de la Contratación Socialmente Responsable, señala que esta transformación "no implica abandonar por completo tu sello de identidad". Barceló reconoce que "claro que todo esto transforma la profesión de abogado". Sin embargo, el experto manifiesta que hay que estar abiertos a aprender y a incorporar todas estas funciones y, sobre todo, perder el miedo. "En el Grupo Social Once estamos acostumbrados a saltar barreras y ser valientes. Recientemente hemos incorporado a una persona sordo ciega y la tecnología es fundamental para poder desenvolverse", añade.

"Tenemos que reinventarnos, pero al final lo que quieres es lo de siempre: darle el mejor servicio a los clientes y acompañarles en todo lo que necesiten, y esto incluye guiarles en esta transformación digital", concluye la socia de PwC Tax & Legal Services, Patricia Manca. "Los departamentos legales seguirán estando en todo", apostilla.