Las finanzas, claras
Cómo medir la salud financiera de una pyme
- Es esencial no sólo para la supervivencia, sino también para responder a determinadas decisiones empresariales
Ana Delgado
El 60% de las empresas españolas tuvieron que hacer frente a un incremento de la morosidad en 2022, según el estudio de la Gestión del Riesgo de Crédito, que señala la inflación como una de las principales causas.
Este dato supone un incremento del 2% respecto al segundo semestre del año anterior. Por ello es importante que, en cualquier momento de la vida de una pequeña y mediana empresa, pero mucho más en momento de crisis como el actual, los propietarios deban medir, de manera constante, la salud financiera de sus compañías. Pero, ¿qué significa exactamente tener una buena "salud financiera"? Esto equivale a tener solvencia, que es la capacidad para hacer frente a los pagos.
Así lo destaca Diego Pitarch, profesor del MBA (Máster en Administración de Empresas) con especialización en finanzas del IEB (Instituto de Estudios Bursátiles): "Tener una buena salud financiera en la empresa es casi como tener una buena salud personal". En este sentido, Pitarch lo explica con un perfecto símil: "Digamos que, si no tenemos los nutrientes, las reservas, las proteínas y hacemos ejercicio, etc., pues no podremos casi ni movernos y cuando venga un resfriado o algo peor, pues caeremos enfermos".
En este sentido, Pitarch detalla que "no es sólo la capacidad de ventas e ingresos o incluso la rentabilidad que tengamos en la empresa, es la capacidad de ahorro, de gestión y de previsión". "Si tenemos una buena salud financiera en la empresa, tendremos no sólo una buena capacidad de ahorro, sino también de endeudamiento y todo esto mientras afronta sus obligaciones contractuales de pagos", tanto actuales como los que se puedan presentar en un futuro. Es tan importante conocer la salud financiera, ya no solo en una empresa, sino a nivel personal también, que entidades como Banco Santander ofrecen una serie de propósitos para mantener cierto control en tu economía.
Por tanto, conocer la salud financiera de una empresa es esencial, no sólo para la supervivencia de la misma, sino también para responder a determinadas decisiones empresariales, como ejemplifica Blanca Narváez, directora de Fundación Mutualidad Abogacía: "¿Puedo ampliar la oficina y asumir un coste fijo mayor?, ¿puedo contratar a ese desarrollador informático que me proporcionaría oportunidades de ampliación de negocio?". "Tomar malas decisiones financieras puede llevar a tu empresa a multas importantes con la administración, costes elevados de financiación no planificada incluso a la quiebra, por no poder asumir los pagos en los que se haya comprometido", aclara.
Indicadores
Los indicadores dependerán en gran medida de la actividad a la que se dedique la empresa, entre otras cosas. Todos ellos deberán pasar obligatoriamente por un control continuo, una buena planificación y, por supuesto, saber cómo medir estos indicadores.
La empresa deberá prestar especial atención tanto al margen bruto como a las ratios de rentabilidad. Algunas a las que pueden recurrir son, explica Pitarch, en términos generales, las siguientes:
- Ratio de liquidez: Este indicador, es de mucha utilidad, ya que mide la capacidad de la empresa para pagar sus obligaciones a corto plazo. Se calcula dividiendo los activos corrientes de la empresa por sus pasivos corrientes.
- Ratio de endeudamiento: Este indicador mide la cantidad de deuda que la empresa tiene en relación con su capital propio. Es una ratio que algunas veces resulta controvertida ya que, en función de los directores de la empresa, unos quieren endeudamiento y otros no les gusta tanto. Se calcula dividiendo la deuda total de la empresa por su capital propio.
- Margen bruto: Este indicador mide la rentabilidad de la empresa después de deducir los costes directos de producción. El margen bruto se calcula dividiendo el beneficio bruto de la empresa por sus ingresos brutos.
- Ratio de rotación de inventario: Este indicador mide la eficiencia con la que la empresa gestiona su inventario y se calcula dividiendo el coste de los bienes vendidos por el valor promedio del inventario. Esta ratio nos viene muy bien para ver qué tal estamos gestionando nuestras ventas, compras y stocks de manera eficiente a efectos financieros.
- Flujo de caja: Este indicador mide la cantidad de efectivo que la empresa genera después de deducir los gastos de capital. El flujo de caja se calcula restando los gastos de capital de los ingresos netos de la empresa.
Aunque, si bien es cierto, muchos de los indicadores son comunes a las empresas, no tanto sus lecturas, ya que "las rentabilidades difieren considerablemente entre empresas y sectores y cada director debe tener muy claros sus objetivos y sus estrategias para poder hacer la lectura más idónea de los indicadores", aclara Pitarch.
Cómo mejorar la salud financiera
No hay duda de que siempre deberíamos buscar una salud financiera arriesgando lo justo, aunque hay directivos que les gusta "exprimir" el riesgo y dotar a la empresa de diferentes recursos en función de cómo vean el mercado. De esta manera, Pitarch recomienda:
El control de costes: Una de las maneras más efectivas de mejorar la salud financiera de una pyme es reducir costes innecesarios, incluso los que sean fijos tratar de convertirlos en variables siempre que se pueda. Para ello, "es importante hacer una evaluación detallada de los gastos de la empresa y buscar oportunidades para reducir costes en áreas como compras, aprovisionamientos y servicios", aclara.
Mejorar la eficiencia operativa: Una forma de mejorar la eficiencia operativa es optimizar los procesos de producción. En muchas ocasiones, destaca el experto, "un buen análisis de producción podrá incluso reducir los costes y mejorar la calidad del producto". Asimismo, también "es importante optimizar los procesos de venta y servicio al cliente para mejorar la satisfacción del consumidor y aumentar las ventas".
Del mismo modo, es importante tener acceso a diferentes formas de financiación para asegurar el éxito financiero a largo plazo de la pyme. "Esto puede incluir opciones como préstamos bancarios, líneas de crédito, capital privado o crowdfunding", explica.
El experto incide en que, desde un principio, la empresa deberá establecer "objetivos financieros realistas" y "darles un seguimiento de forma regular". Esto puede ayudar a la empresa a identificar problemas financieros antes de que se conviertan en crisis.
Por otro lado, la tecnología y las herramientas financieras pueden ayudar a las pymes a controlar los gastos, mejorar la eficiencia operativa, mejorar la gestión de la tesorería y mejorar la planificación financiera. Muchas veces, insiste Pitarch, "una buena inversión en gestión y control puede ayudar a evitar muchos disgustos financieros".
Por último, destaca Narváez, "existen empresas que identifican el riesgo de cobro de otras organizaciones", las cuales tienen listados de morosos o visibilizan la información contable de años anteriores, "lo que facilita que se pueda comprobar la solvencia de un cliente antes de las ventas y posibilita realizar o no realizar descuentos en relación con la misma". En este sentido vale la pena revisar si tu pyme está en los registros de las empresas que revelan su solvencia o hábitos de impago y comprobar la de tus clientes.
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