Cómo hacer empresas más sostenibles
Cecilia Moya
Madrid,
La contaminación del medio ambiente, en todas sus aristas, ya no es algo de lo que hablar, sino un un problema real que necesita una intervención urgente. Los efectos nocivos de la polución del aire y la escasez de recursos naturales se reflejan cada día tanto en los graves problemas de salud de los ciudadanos como en diferentes desequilibrios del planeta.
Ante este crudo panorama, la implicación de todos los agentes de la sociedad es impostergable, y las medidas en materia de sostenibilidad son cada vez más demandadas en todas las áreas y niveles.
En este sentido, España se sitúa por detrás de muchos de sus vecinos europeos, tanto en conciencia social como en normativa, y uno de los problemas parte de la inexistencia de una ley nacional que asegure la protección del entorno.
Los esfuerzos que las organizaciones dedican para intentar disminuir las escandalosas cifras que nos acompañan están siempre en la palestra. En este país existen empresas que, actualmente, manejan soluciones y propuestas muy avanzadas entre sus empleados para contribuir al cambio. Sin embargo, muchas otras, ya sea por necesidades económicas, de personal o, simplemente, de concienciación, están todavía muy lejos de cumplir las normas -aún no escritas- para favorecer al cuidado del medio ambiente.
Cada Comunidad Autónoma rige sus propios parámetros en aras de sostenibilidad.
Como posible solución, el año pasado, el ministro de Fomento, Pedro Saura, propuso elaborar una Ley de Movilidad Sostenible para dar rango de ley a los planes de infraestructuras de transporte, coordinar la actuación de las administraciones y obligarlas a ajustarse a las prioridades. Pero esta medida todavía sigue en el aire porque aún no ha sido aprobada en el Congreso.
No obstante, hasta la fecha, cada Comunidad Autónoma rige sus propios parámetros en aras de sostenibilidad. Algo, según los expertos, positivo para todas aquellas compañías que tengan medios y conciencia suficiente para tomar cartas en el asunto, pero deficitario para las que no.
Expertos y 'modos activos'
Ante la pregunta, y dejando a un lado los agentes estatales, ¿cómo pueden las empresas fomentar la movilidad sostenible? Profesionales de diferentes organizaciones coinciden en la utilización del transporte público, horarios flexibles o teletrabajo, aunque todos indican que, dependiendo de diferentes características, como la ubicación, número de trabajadores o necesidades del sector, las posibilidades de cada empresa varían. No obstante, todos los expertos sitúan a las empresas medianas y grandes como las más avanzadas en esta materia.
Nacho Guilera, responsable de Ciudad y Territorio de Lavola, empresa dedicada a aconsejar a las organizaciones y a las ciudades en el diseño e implementación de políticas, planes y acciones para una movilidad sostenible, explica que, en las grandes empresas, la alternativa del vehículo privado pasa por el transporte público y el colectivo. "Tienen que aumentar el uso de transporte público mediante compensaciones, tickets transporte, horarios compatibles y un largo etcétera", añade Guilera. Además, explica que, muchas de estas organizaciones, están ubicadas en polígonos a las afueras de las ciudades donde es complicado aparcar. Por ello, continúa, "la opción del parking es buena siempre y cuando la empresa se implique en fomentar el vehículo compartido, mediante una App interna que ponga en contacto a los trabajadores que tengan horarios similares, por ejemplo". Asimismo, el experto en movilidad desembrolla que si el polígono está cerca de la zona urbana, las empresas pueden recurrir a los "modos activos", como la bicicleta o el patinete, ya que, asegura, "ya hay muchas compañías que bonifican a los trabajadores por el uso de estos medios".
Endesa, Liberty Seguros y Seat, ya que, según el experto, están en el "buen camino" con políticas y medidas que ayudan a los trabajadores a animarse a dejar el transporte privado de lado y subirse al carro de la sostenibilidad.
Por otra parte, Guilera indica que las compañías del sector servicio se implican en esta materia a través de medidas organizativas como el teletrabajo, "además de la conciliación, te permite un ahorro de kilómetros muy importante". En este hilo, añade también la flexibilidad horaria, que posibilita evitar horas puntas de aglomeraciones así como encajar mejor los horarios con el transporte público. Y como buenos ejemplos, menciona a empresas como Endesa, Liberty Seguros y Seat, ya que, según el experto, están en el "buen camino" con políticas y medidas que ayudan a los trabajadores a animarse a dejar el transporte privado de lado y subirse al carro de la sostenibilidad.
Por su parte, Jaime Gil Robles, director de Plataforma Por Un Aire Limpio, advierte que el reto que tiene España es el de la movilidad, ya que la agenda para la descarbonización y la transición energética ya está fijada, "pero esta hay que complementarla con una de movilidad, donde las empresas tienen que estar involucradas", asegura.
Y es que, la comodidad de los ciudadanos entra en juego siempre y cuando éstos deban hacer esfuerzos y cambiar rutinas para contribuir al cambio. Por ello, el experto no duda que "a la población le va a costar mucho bajarse del coche", por lo que, "antes de endurecer las leyes, debe haber una fase de diálogo donde las personas tomen conciencia", remata Gil.
Además, el director de Por Un Aire Limpio advierte que la forma "voluntaria" de los planes de movilidad sostenible que tenemos actualmente en España cambiará más pronto que tarde, y pasará a ser algo obligatorio, como lo es ya en países como Francia. No obstante, para el experto, todas las organizaciones que estén ofreciendo ya a sus trabajadores transporte público-privado, como los autobuses de empresas, por ejemplo, son las más "avanzadas" en materia de sostenibilidad.
En este punto, Gil destaca a Pascual como una de las compañías más concienciadas en estos términos. La empresa de lácteos ha electrificado su red y ahora ofrece a sus empleados vehículos híbridos enchufables. Algo que se traduce en una "perfecta opción" porque, tal y como cuenta, los comerciales realizan de forma general un desplazamiento inferior a 50 kilómetros por día, por lo que este tipo de motor les abastece perfectamente y no necesitan recurrir a los coches de combustión.
Así las cosas, desde Greepeace también han querido participar y definir cuál es su punto de vista en esta materia que, al final, nos concierne a todos.
Por ello, la organización se decanta por que todas las compañías tengan contempladas herramientas de gestión como los Planes de Transporte al Trabajo o la figura del coordinador de movilidad, ya que "consiguen reducir la dependencia del vehículo privado, beneficiando tanto a los trabajadores como a la propia empresa y al conjunto de la sociedad", desembrollan.
Es necesario dejar de incentivar el uso del coche individual al mismo tiempo que se motivan otros modos sostenibles, como caminar, el transporte público o la bicicleta.
En este sentido, la organización insiste y coincide con el resto de expertos entrevistados en que, para conseguir buenos resultados, es necesario dejar de incentivar el uso del coche individual al mismo tiempo que se motivan otros modos sostenibles, como caminar, el transporte público o la bicicleta, entre otros.
De esta manera, la organización ecologísta señala que algunas medidas que ya funcionan con éxito son reservar aparcamiento solo a quienes comparten su vehículo, sustituir los plus de transporte por la subvención de abonos de transporte público o promover rutas compartidas en cooperación con otras empresas del entorno.
Así las cosas, y teniendo en cuenta los obstáculos que se derivan del marco jurídico sobre el terreno, desde Greenpeace proponen una Ley de Movilidad estatal que contemple, entre otras medidas, un marco de financiación que favorezca a los transportes limpios y que exija la elaboración de Planes de Movilidad a las empresas.
Como conclusión, y teniendo en cuenta los diferentes puntos de vista de los profesinales del sector, el objetivo final debe ser que todas las empresas españolas, regidas o no por una ley estatal, incluyan en sus estamentos de Responsabilidad Social Corporativa medidas de movilidad sostenible para evitar las emisiones de gases contaminantes y conseguir una mejor calidad del aire.
Huella ecológica
La huella ecológica, una palabra cada vez más común en la mayoría de discursos políticos y empresariales, es un indicador del impacto ambiental generado por la demanda humana que se hace de los recursos existentes en los ecosistemas del planeta, en relación con la capacidad ecológica de la Tierra de regenerar sus recursos.
Según un estudio llevado a cabo por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), la humanidad está consumiendo una cantidad de recursos naturales equivalente a 1,6 Planetas, por lo que en el año 2020 se necesitarían 1,75 Planetas y en el año 2050, un total 2,5 si continuamos con este ritmo.
La solución para contrarestar esta realidad pasa por mejorar de forma urgente la manera en la que producimos, escogemos y consumimos los recursos, especialmente en los campos de la alimentación y la energía, que son los que más consecuencias nocivas genera en materia de contaminación.
El uso de un transporte limpio es una de las medidas más inminentes de este problema.
En este punto, las compañías vuelven a tener algo que hacer, porque la calidad de su huella ecológica les influye notablemente a la hora de llevar a cabo diferentes alianzas y negociaciones. Y es que, el uso de un transporte limpio es una de las medidas más inminentes de este problema, ya que los vehículos motorizados que necesitan combustibles fósiles para funcionar son, junto a otros, los grandes culpables.
Ítems para vehículos
Para aquellas personas que tengan que usar el vehículo privado de forma impepinable, o, también, para las empresas que posibiliten el coche compartido para sus empleados, existen 10 premisas a tener en cuenta para reducir el impacto de CO2 de los turismos. Concretamente: no dejar el coche en marcha; no ir más deprisa de lo debido; revisar el tubo de escape y el catalizador para asegurar que no existan fugas; utilizar correctamente las marchas; comprobar las baterías y los sistemas de encendido; revisar las ruedas; no llevar un equipaje excesivo para no sobrecargar el coche; revisar el filtro del aceite; anticiarse a las maniobras y planificar bien la ruta.
Con todo, y aún existiendo atajos que nos permitan contribuir en mayor o menor medida al cambio, sigue quedando un largo camino por recorrer para que España reduzca sus emisiones, y la movilidad sostenible es una vía para todos.