Daniel Garabito: "El coche eléctrico tampoco es la panacea universal"
- Daniel Garabito, titular de Fomento y Movilidad del Ayuntamiento de Burgos
- "El coche solo debería ser usado de modo ocasional en entornos urbanos"
- "El urbanismo siempre ha de mirar por la cohesión social de las ciudades"
Noelia García
Daniel Garabito, quien juró su cargo el 17 de junio, cree que "no estamos preparados al reto del uso de coches eléctricos a corto plazo". El Observatorio para la Sostenibilidad colocó en 2018 a la ciudad de Burgos como la primera en una lista de 24 capitales del interior de España a la hora de cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
¿Qué hace que una ciudad sea sostenible?
Si entendemos desarrollo sostenible como aquel que nos permite satisfacer nuestras necesidades actuales sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer las suyas, comprobamos que prácticamente ninguna ciudad hoy en día es sostenible. De hecho, ninguna está ni cerca de conseguirlo, exceptuando alguna experiencia piloto en desarrollo.
¿Cómo se puede conseguir una ciudad sostenible?
Se trata de ir dando pasos decididos hacia ese modelo, hasta conseguir que el ecosistema urbano esté equilibrado con su entorno. Supone un cambio de paradigma en muchos aspectos relevantes. Conseguir una ciudad sostenible requiere un esfuerzo colectivo continuado; requiere, por tanto, implicar a todos los sectores de la sociedad. La responsabilidad de un Ayuntamiento es capitanear dicho esfuerzo.
¿Cuánto se tarda en transformar una ciudad como la vuestra en una ciudad plenamente sostenible?
En el momento de crisis medioambiental en el que estamos actualmente, necesitaríamos que, en el plazo de una generación, Burgos fuera una ciudad que se acercara mucho al concepto de ciudad sostenible. Se trata de una gran transformación, por lo que es más plausible pensar en que el cambio de mentalidad necesario necesitará más tiempo.
¿Cuáles son los principales retos?
El consumo de recursos no renovables y la gestión de los residuos urbanos. Pero el auténtico reto es implicar a los ciudadanos en el proceso de transformación necesario, convencerlos de que es posible otro modelo de urbanismo.
El proceso de urbanización actual está ocasionando numerosos problemas en la sostenibilidad de nuestras ciudades. ¿Cómo podemos combinar el desarrollo económico y el medioambiente saludable?
Daría para un debate muy interesante de varias horas valorar que se pueda combinar el desarrollo económico, tal y como lo entendemos ahora, con un medioambiente saludable. Es algo muy controvertido. Desde luego, habría que virar hacia un desarrollo económico que implementara muchos conceptos de economía circular.
¿De qué manera deben los Gobiernos e instituciones impulsar una nueva manera de usar el transporte en las ciudades?
De una manera decidida e inequívoca. Es una transformación vital para el reto de lograr ciudades sostenibles.
¿Está a favor de las iniciativas europeas como la del Día sin Coches? ¿O es solo demagogia?
Estamos a favor de esa y cualquier otra iniciativa que ayude a concienciar a la ciudadanía de la problemática en la que estamos envueltos.
¿Por qué debería el usuario medio utilizar un coche eléctrico en entornos urbanos e interurbanos?
El coche, en general, solo debería ser usado de modo ocasional en entornos urbanos. El coche eléctrico, siendo más sostenible que los vehículos con motor de combustión, tampoco es la panacea universal, puesto que su fabricación y uso también implica el consumo de recursos no renovables. No se trata tanto de que el usuario prefiera el vehículo eléctrico, sino de que es obvio que los motores de combustión son parte del grave problema medioambiental al que tenemos que enfrentarnos.
Los ayuntamientos están tomando cada vez más protagonismo en la toma de decisiones con respecto a la movilidad, ¿cómo creéis que evolucionará esta coyuntura a medida que crezca el número de habitantes en las ciudades?
El crecimiento de las poblaciones urbanas hoy en día siempre lleva aparejado un agravamiento de los problemas medioambientales, por lo que entendemos que los ayuntamientos seguirán incrementando su protagonismo. No nos queda otra si de verdad queremos afrontar este problema. Eso sí, siempre hay que buscar la complicidad del ciudadano, y proporcionar soluciones viables.
¿Cómo podría plantearse la calidad de los núcleos urbanos integrando la vegetación?
Incrementar la vegetación en el ecosistema urbano mejora la calidad de los núcleos urbanos en cualquier caso, por lo que entendemos que cubiertas y fachadas vegetales serán elementos cada vez más habituales en el diseño urbano, además de que será necesario asentar y aumentar las zonas verdes existentes.
¿Qué papel deben jugar en la planificación urbana los aspectos medioambientales, los espacios de recreo, la sostenibilidad y la seguridad alimentaria aportados por las infraestructuras verdes?
Nosotros entendemos que cualquiera de estos factores está llamado a protagonizar un papel primordial en el urbanismo de las próximas décadas. En gran medida ya lo hacen, pero su protagonismo aumentará.
Con frecuencia las ideas de ciudades inteligentes, saludables y amigables son puramente idealistas, es decir, no son viables. ¿Hasta qué punto la naturación urbana puede ser el instrumento para llevar a la práctica esas ideas?
Una ciudad inteligente, saludable y amigable debería dejar de ser una idealización y empezar a ser una realidad. La naturación urbana es una estrategia muy útil para mejorar el entorno urbano, pero solo es un vector más de una estrategia que a la fuerza tendrá que ser muy compleja.
En su opinión ¿cuáles son las dimensiones más significativas que deben incluirse en el nuevo diseño urbano: arquitectura y tecnología, regulaciones administrativas, sociología, planificación urbana o economía, entre otras?
Todas esas dimensiones son significativas, es el motivo por el que el urbanismo se confía a equipos cada vez más multidisciplinares. La tecnología, seguramente tenderá a ser más significativa de lo que es ahora. El urbanismo siempre ha de mirar por la cohesión social de las ciudades, porque en cierto aspecto, el urbanismo puede tener ideología, y desde luego no se puede obviar la economía a la hora de planificar una ciudad.