Internacional

La falta de consenso entre Merkel y Schulz prorroga las conversaciones para el nuevo Gobierno

  • El bloqueo político continúa en Alemania tras las elecciones
<i>Angela Merkel y Martin Schulz. Foto: EFE</i>

Rubén Gómez del Barrio

El bloqueo político continúa en Alemania. La reforma del sistema sanitario y los contratos temporales entorpecieron ayer la recta final del las negociaciones entre conservadores y socialdemócratas hasta el punto que ambas partes no consiguieron cerrar el acuerdo de gobierno, tal y como estaba previsto.

Según el calendario fijado antes de comenzar esta última ronda negociadora, ayer debería haberse presentado un pacto para una nueva Gran Coalición, pero ya entonces se previeron dos posibles días extras de reuniones. Una prórroga que ante la falta de consenso entre los dos bloques se pondrá en funcionamiento. Las conversaciones seguirán hoy y, según la prensa alemana, podrían alargarse incluso durante el martes.

Ya antes del encuentro de ayer, tanto Angela Merkel como el líder del Partido Socialdemócrata (SPD), Martin Schulz, reconocieron que persistían puntos "importantes" sin acuerdo. "No podemos decir lo que va a durar; hemos trabajado bien hasta ahora, pero todavía quedan puntos importantes que tienen que ser aclarados", admitió también Merkel a su llegada a la sede del SPD, donde se dieron cita conservadores y socialdemócratas. Por su parte, Schulz confirmó la falta de acuerdo en tres asuntos clave para el SPD, que quiere acabar con los contratos temporales injustificados, garantizar la igualdad de trato en los seguros sanitarios y mejorar el acceso a la vivienda, sobre todo en alquiler. De hecho, Schulz pronosticó una sesión "hasta tarde por la noche" y aseguró no poder "prometer que se trate del último día de negociaciones", aunque a su juicio, la presión del tiempo no debe entorpecer las conversaciones, ya que el objetivo es proporcionar a Alemania un gobierno estable y ello exige un acuerdo "fuerte" y consensuado sobre bases "estables".

Entre los puntos consensuados a lo largo de los últimos días destaca el acuerdo para la estabilidad de las pensiones, mejoras para la atención a la dependencia, e inversiones de hasta 11.000 millones de euros en educación, lo que exigirá una reforma de la Constitución para permitir que el Estado central facilite financiación a los distintos estados federados. El bloque conservador y el SPD alcanzaron también un compromiso en el área migratoria, punto conflicto en el que los socialdemócratas reconocieron que fueron incapaces de imponer todas sus posiciones. Los tres partidos se fijaron como meta que la llegada de nuevos solicitantes de asilo al país se sitúe en una horquilla de 180.000 y 220.000 personas al año, concesión a los conservadores bávaros que reclamaban poner freno a la acogida. El derecho a la reagrupación familiar para las personas que cuentan con alguna protección en el país pero no con el estatus de refugiados, que ahora está suspendido, se reactivará en agosto, pero limitada a 1.000 personas al mes.

Una vez cerrado el acuerdo global, Schulz y la dirección del SPD iniciarán una campaña interna para presentarlo a su casi medio millón de militantes, convocados a una consulta vinculante que deberá dar la luz verde a una nueva gran coalición. Las afiliaciones al partido están creciendo y la dirección ha acordado que podrán votar las personas registradas antes del 6 de febrero. Mientras, las Juventudes Socialdemócratas (Jusos) siguen con su campaña de boicot para reunir nuevos militantes en contra de la gran coalición, tras los malos resultados de septiembre. Tras el fracaso de los sondeos con Verdes y liberales, un segundo intento fallido -esta vez con socialdemócratas- significaría una vuelta a las urnas y, casi con seguridad, el fin de la era Merkel.