Internacional

Y solo quedaron dos: Elizabeth Warren abandona la carrera presidencial tras meses de auge y un lento desplome

  • No pedirá el voto para nadie, pero sus seguidores podrían dividirse
  • La carrera quedará en una batalla final entre Biden y Sanders
Elizabeth Warren. Foto: Reuters

Víctor Ventura

Joe Biden contra Bernie Sanders, con una ventaja para el primero. Así queda la carrera presidencial después de que la senadora Elizabeth Warren, una de las favoritas iniciales, pusiera punto y final a su campaña tras un 'Súpermartes' decepcionante en el que apenas rondó el 10% de los votos. Una lenta y amarga caída para una candidata que llegó a luchar por ponerse en cabeza en las encuestas en otoño pasado y que en el momento de la verdad acabó en tercer lugar en la votación del estado que ella misma representa en el Senado.

Warren, profesora de Harvard experta en bancarrotas familiares y senadora por Massachussets, llegó a la campaña con mucha fuerza. Inmediatamente se puso en el flanco izquierdo de la carrera, junto a Sanders, pero con un estilo diferente. Aunque muchas de sus propuestas eran las mismas, Warren se mostraba orgullosa de ser una demócrata y una soldado más en las filas del partido, en vez de considerarlo su enemigo mortal, como Sanders. Y siempre se mostró como "una capitalista" que quería mejorar el sistema para hacerlo más justo y "salvarlo de sí mismo", no una revolucionaria que quería destruirlo por completo.

Tenía un plan

En sus mejores momentos, su eslogan "Tengo un plan para eso" la aupó al segundo puesto en la media de las encuestas, superando a Biden en algunas de ellas, y manteniéndose como la aspirante que menos rechazo despertaba y que más votantes se planteaban apoyar. Pero todo cambió tras dos golpes que no supo gestionar. Primero, una serie de encuestas del New York Times en los estados clave que decidirán las elecciones presidenciales, que mostraban a Biden por delante de Donald Trump en todos ellos, pero a Warren por detrás del actual presidente. Y segundo, su plan sanitario, calcado casi por completo de Sanders, que levantó dudas sobre su capacidad de gestión por la dificultad de cuadrar los costes multimillonarios de nacionalizar la industria médica por completo.

A partir de ahí, la senadora fue en una espiral descendente que no fue capaz de detener, pese a sus grandes actuaciones en los debates, donde siempre atrajo la atención por su tono agresivo. Probablemente su mayor éxito fue la destrucción política del exalcalde de Nueva York Michael Bloomberg en el primer debate en el que coincidieron ambos.

Pero los votantes no apreciaron sus habilidades en las urnas. Su mejor resultado fue quedar tercera en Iowa, el primer estado en votar. En los siguientes tres estados, no logró sumar ni un solo delegado. Y en el 'Súpermartes', ni siquiera ganó su propio estado, y solo pudo superar a Bloomberg, al que ella misma, junto a la histórica remontada de Biden, habían dejado en estado terminal.

Con su marcha, quedan libres un 10% de los votantes. La senadora no tiene previsto pedir el voto por nadie, pero las encuestas indicaban que sus seguidores se dividirían casi al 50% entre Sanders y Biden. Algunos valoran mucho un proyecto izquierdista como el del senador de Vermont. Pero otros muchos no perdonan que muchos seguidores de Sanders -y miembros de su propio equipo- llevaran meses acusándola de "dividir a la izquierda" y lanzándoles palabras gruesas a sus seguidores. Trump ha aprovechado para meter el dedo en la llaga y repetir esas acusaciones para incendiar a los votantes de Sanders e intentar que su rabia sea tal que no voten en noviembre. Probablemente esa sea su mejor opción, visto que cada día que pasa, Biden parece más imparable.