Internacional

Jóvenes contra mayores: las primarias presidenciales demócratas en EEUU se dividen en bandos según la edad

  • Los jóvenes rechazan a Biden y solo un 3% de los mayores apoyan a Sanders
  • Warren, la otra favorita, tiene el mismo apoyo exacto en todas las edades
Bernie Sanders, Joe Biden y Elizabeth Warren. Foto: Reuters

Víctor Ventura

Aún quedan algo menos de cinco meses para los primeros votos de las primarias presidenciales de EEUU. Pero a estas alturas, y pese a la veintena de aspirantes, la imagen que va apareciendo es la de una fuerte división por edad entre el electorado, que muestra los fuertes cambios ideológicos vividos en la sociedad estadounidense en las últimas décadas. A un lado, el senador Bernie Sanders, el candidato de los jóvenes pese a ser el más mayor de los tres. Al otro, el exvicepresidente Joe Biden, el favorito de los mayores. Y entre medias, la que se está labrando el cartel de favorita: la senadora Elizabeth Warren, con exactamente el mismo nivel de apoyo en todos los grupos de edad.

Las encuestas más recientes para las primarias muestran a tres candidatos claramente por encima de los demás. Biden, Warren y Sanders, por este orden, son los únicos que superan el 10% de apoyo después de meses de campaña, mientras que 12 de los 17 restantes no logran pasar del 1%. Y entre los tres favoritos, las divisiones están muy claras.

Por un lado, Biden es el más moderado de los tres, sin ninguno de los grandes proyectos izquierdistas que marcan a sus principales rivales y el objetivo de "volver a la normalidad" de los años de Barack Obama, antes de que llegara Donald Trump. Su curva de apoyo lo refleja: apenas un 10% de los menores de 34 años le prefieren, mientras que llega al 39% entre los electores de entre 50 y 64 años y a un 46% entre los mayores de 65, según la última encuesta de la cadena NBC y el Wall Street Journal.

Su reverso es Sanders. El veterano senador izquierdista, defensor de la sanidad pública y de grandes reformas económicas, como el "Green New Deal", arrasa entre los jóvenes: un 33% entre los menores de 34. Sin embargo, a partir de los 50 años, su atractivo desaparece por completo: apenas un 2% de ese enorme grupo le escoge.

Dos épocas enfrentadas

Estos datos revelan mucho más de lo que parece. Por un lado, la palabra "socialismo", que Sanders usa con orgullo para describir su programa, ha dejado de ser un tabú en EEUU para los más jóvenes, que ya no conectan las políticas izquierdistas con la difunta Unión Soviética. Para la generación que no ha conocido al gran enemigo ideológico que marcó 40 años de política en EEUU, la pregunta que les importa es por qué no pueden tener las mismas leyes sociales que hay en Europa o Canadá.

Por su parte, Biden paga tener una carrera llena de 'esqueletos': comentarios racistas hace décadas, rechazo al matrimonio homosexual, actitud paternalista con las mujeres y otros actos que en su momento se consideraban normales pero que ahora son rechazados abiertamente en su partido. Los votantes más mayores lo entienden -muchos de ellos pensaban lo mismo en su momento- o no lo consideran grave, mientras que los jóvenes lo ven como una muestra de que su época ya ha pasado.

La alternativa a esta división es la tercera en discordia, que cada encuesta parece crecer como la aspirante con más opciones para destacarse: la senadora Warren. Esta izquierdista, que tiene un enorme programa de reformas laborales, económicas y sociales, parece haber salvado la trampa de la palabra 'socialismo' presentándose como una "defensora del capitalismo" que quiere "salvarlo de sus problemas". El resultado es que su apoyo es absolutamente estable: un 25% en cada grupo de edad. Además, suma el mayor apoyo como "segunda opción" entre los votantes del resto de candidatos.

Pero a largo plazo, esta división puede hacer mucho daño al Partido Demócrata. Los mayores son los votantes más sólidos, mientras que los jóvenes van a las urnas en mucha menor proporción, una amenaza para Sanders en las primarias. Pero los demócratas dependen en buena medida del apoyo electoral de los jóvenes, entre los que arrasan a los republicanos. Un candidato que genere rechazo entre este grupo tan difícil de movilizar -como Biden- podría acabar siendo un regalo a Trump en las generales. La batalla de 2020 se avecina muy larga.