José María Castillo (Cobra): "Con Vinci jugamos en el Real Madrid de la construcción y los servicios"
- "Hemos planteado ingresar 7.500 millones en 2025 y tengo la ambición de sobrepasarlos"
- "Haremos entre 12 y 13 GW renovables hasta 2030, por lo que ACS cobrará hasta 520 millones"
- "Llegaremos a 1 GW de renovables en operación y lo ofreceremos a final de año a la sociedad de Vinci y ACS"
Javier Mesones
José María Castillo Lacabex pilota, como consejero delegado, Cobra IS, una de los grandes grupos industriales españoles, con más de 40.000 empleados en el mundo. La compañía forma parte del gigante francés Vinci desde finales de 2021, cuando selló la adquisición de la división de servicios industriales de ACS por 4.902 millones de euros (4.200 millones en metálico más la caja de la compañía) más un pago condicionado de hasta 600 millones. La ingeniería ha emprendido un camino de crecimiento con el foco en renovables y redes eléctricas y con aspiraciones crecientes en agua, hidrógeno o biometano y con el radar activo en grandes mercados como Australia y Estados Unidos. El que fuera mano derecha de Florentino Pérez en ACS -hasta la venta su nombre sonó con fuerza para ser consejero delegado- gestiona la firma desde la independencia que le concede el grupo galo. En 2023 batió su récord de ingresos y beneficios y, en su primera entrevista a un medio, explica a 'elEconomista' las líneas estratégicas de la empresa.
A finales de diciembre de 2021, Vinci adquirió Cobra a ACS por casi 5.000 millones de euros. ¿Qué balance hace tras más de dos años integrada en el grupo francés?
El balance es muy bueno. Ser parte de Vinci es serlo del mayor grupo constructor, de servicios industriales y concesiones del mundo occidental. Vinci vale en bolsa seis o siete veces más que ACS y tres o cuatro que Ferrovial. Es jugar en el Real Madrid de la construcción y los servicios. Y, además, tiene una peculiaridad, y es que comparte con nosotros algo que pedimos cuando nos incorporamos, que es la independencia y descentralización de la gestión, en la que ACS también creía mucho y cree mucho. Nos lo prometieron (Vinci) y lo están cumpliendo.
Vinci es una compañía que compra empresas, aparte de activos concesionales. Gasta 500 millones de euros al año de media en adquirir empresas que pueden facturar 5, 20, 50 o 300 millones. Y les sumerge en su espíritu la independencia de gestión. Eso nos hace sentir muy cómodos porque no hemos notado cambios en el día a día con respecto a nuestro anterior accionista. Nos respetan igual que los anteriores, que nos respetaban mucho.
Además, tiene otras ventajas, como que su mayor accionista son los empleados. Eso hace que la compañía tenga visión de largo plazo y que no haya urgencias de vender antes de empezar nuevas inversiones. La ambición es tener los activos en el largo plazo. Las renovables o las líneas de transmisión eléctrica, por ejemplo, podemos esperar al mejor momento para venderlas, si es que quisiéramos.
Ser parte de una empresa que es la más grande del mundo occidental de construcción, concesiones y servicios, que tenga un balance lo suficientemente sólido que nos permita no tener que estar permanentemente mirando el retrovisor para ver si tenemos que vender porque el balance se resiente o porque los analistas lo dicen, ayuda muchísimo a tomar las decisiones con más calma y optimizar de la mejor manera nuestros negocios. En general estamos contentos.
¿Y cómo ha evolucionado el negocio de Cobra dentro de Vinci en estos más de dos años?
Veníamos de una situación complicada porque durante la pandemia y al año siguiente decidimos ser más prudentes con la contratación. Con la pandemia el mundo se paró y los clientes detuvieron sus inversiones. Hubo dos posibilidades: resistirse a que el mercado era la mitad y contratar de cualquier manera para parecer que uno no sufre; o ser conservador, retirarse a los cuarteles de invierno y esperar a que pase el frío. Hicimos esto último, nuestra cartera se resintió mucho y la cifra de negocios bajó bastante, pero fuimos capaces de preservar los márgenes y el bienestar de la compañía. Muchos competidores no lo han sido. En 2021, hicimos una cifra de negocios de 4.650 millones de euros, en 2022 de 5.560 millones y en 2023 de 6.500 millones. Y esperamos seguir creciendo. No de manera tan escandalosa porque veníamos de una situación muy dañada, pero creceremos este año y el que viene con seguridad. Hemos planteado llegar a 7.500 millones en 2025 y tengo la ambición de sobrepasar esa cifra.
¿Antes de la pandemia qué cifra de negocios presentaba Cobra?
En 2019 cerramos en el entorno de los 6.300 millones. Hemos batido récord en el último ejercicio. Es muy importante recalcar que hemos mantenido nuestra rentabilidad. Cobra es la tercera o cuarta empresa industrial y de ingeniería aplicada más grande del mundo, aparte de las chinas, y la más rentable de nuestro tamaño, sin tener en cuenta los activos concesionales, que los estamos empezando a desarrollar a largo plazo y van a distorsionar los márgenes porque van a aumentar muchísimo, pero también van a subir la deuda. Tenemos un margen declarado del 7,5% de margen ebit (resultado de explotación) y un margen ebitda (resultado bruto de explotación) del 12%. En 2023 ganamos unos 275 millones.
¿Y en 2022 cuánto ganó Cobra?
Ganamos 218 millones.
El acuerdo para la venta de Cobra recoge que Vinci pagará 20 millones de euros adicionales a ACS por cada 500 MW renovables que desarrolle de la cartera que tenía en 2021. Vinci ya ha pagado 80 millones por los 2 primeros GW y el máximo son 600 millones en ocho años y medio. ¿Qué importe prevé que terminará cobrando ACS?
Estamos apuntando a como mínimo hacer 1,5 GW en 'ready to build' al año hasta 2030. Eso hace que en ocho años y medio sean entre 12 y 13 GW, por lo que serán hasta 520 millones.
¿Cuánto invirtió Cobra en concesiones de energía en 2023 y cuánto prevé para 2024?
El año pasado invertimos 600 millones en el desarrollo de aquellos proyectos que han llegado al 'ready to build' y en las propias obras y este año tenemos intención de invertir casi 800 millones.
El acuerdo también implicó la creación de una sociedad participada en un 51% por Vinci y en un 49% por Cobra para adquirir los activos renovables cuando entren en operación. ¿Qué papel tendrá?
Esa sociedad Vinci-ACS puede comprarnos porque los activos son 100% de Cobra. Tiene que hacer una oferta a precio de mercado cuando tengamos al menos 1 GW en operación. Ahora solo tenemos 600 MW en Brasil que terminamos el año pasado (Belmonte). La posibilidad de que nos haga una oferta no ha llegado. Cuando llegue la estudiaremos. Es un proceso largo y no es tan obvio. Ya veremos cuando llegue el momento si hay interés por comprarlo, si nos lo quedamos en Cobra, los traspasamos a otra unidad de Vinci o si lo vendemos a otro. Lo que está claro es que Vinci quiere quedarse con los activos a largo plazo. Ahora mismo están en Cobra y ya veremos.
¿Cuándo llegará a 1 GW en operación?
En el cuarto trimestre van a entrar más parques brasileños y alguno pequeño en España. Tenemos un plan para hacer 1,8 GW (en operación). A finales de este año llegaremos a 1 GW, lo ofreceremos y ya veremos. Tenemos obligación de ofrecerlo cuando tengamos 1 GW.
¿Se plantea escindir los activos concesionales de energía en una plataforma para venderla?
No está en la hoja de ruta. Si alguien viene y ofrece es un tema del consejo de administración de Vinci. Cobra es un animal extraño en Vinci porque no hay ninguna otra pata de negocio que comparta actividad inversora en concesiones con construcción. La idea es que siga como hasta ahora.
¿Qué efecto tiene el creciente peso de las concesiones en el perfil de Cobra?
Depende de lo que pase tendrá un peso en Cobra u otro. Si siguiésemos invirtiendo y no fuera a esa sociedad (Vinci-ACS), el peso de las concesiones va a empezar a crecer mucho y ahí tendremos que tomar una decisión porque puede distorsionar las cuentas. Las cuentas de una constructora y las de una concesionaria son muy diferentes. No se puede estar en misa y replicando.
¿Qué deuda tiene Cobra?
Siempre hemos partido de una situación de caja porque solo generábamos deuda en la parte de los activos concesionales en que invertíamos, básicamente renovables y líneas de transmisión eléctrica. Contablemente no aparecía consolidada la deuda. Ahora no tenemos nada disponible a la venta, como sí teníamos con nuestro anterior accionista. En 2022 cerramos con caja neta de 400 millones de euros y en 2023, después de haber invertido 650 millones, seguimos teniendo la misma caja neta. Esto se consigue porque hemos generado unos flujos operativos en la parte constructora, no inversora, de más de 600 millones, lo cual quiere decir que estamos convirtiendo en caja más de 2,5 veces nuestro beneficio neto. Y eso viene de dos lados: la mejora de nuestro capital de trabajo, del fondo de maniobra, y de que probablemente tengamos una aproximación conservadora a nuestras cuentas, registrando algo más de beneficio del que declaramos y que lo tenemos provisionado como cautela ante la posibilidad de que vengan años malos.
Cobra tiene también un programa de pagarés en el MARF de 200 millones de euros.
Ese programa de pagarés lo tenemos desde hace cuatro o cinco años y lo máximo que hemos desembolsado han sido 10 millones. Ahora, nada. Si esta empresa estuviera dividida en dos, entre la parte que tiene los activos concesionales y la que ejecuta contratos y obras, tendríamos una compañía con 2.400 millones de caja y otra con 2.000 millones de deuda. Con 2.400 millones de caja necesitamos poca liquidez. El programa de pagarés era muy barato cuando estaban los tipos a cero y ahora es más caro y no tenemos ninguna necesidad
¿Dónde se localizarán los 12-13 GW previstos para el horizonte 2030?
Estamos haciendo una diversificación geográfica. Creemos mucho en Brasil y en España. De los 12 GW, vamos a intentar tener un 30% en España, más o menos, otro 30% entre Estados Unidos y Australia, y otro 30% en Sudamérica. Y el 10% ya veremos dónde cae. Hemos sido muy fuertes desarrollando y construyendo en Brasil y en España, pero ya hemos terminado muchos desarrollos que están empezando a alcanzar el 'ready to build' y estamos empezando a construir en Australia y en Estados Unidos para intentar tener un mix geográfico más equilibrado.
¿Perderá peso España para Cobra?
La apuesta por España va a continuar. Un 30% de 12 GW es mucho. Ahora tenemos cero GW, vamos a tener 2,5 GW en tres años y nuestra ambición es tener 2 más y llegar a 4 o 4,5 GW en España para 2030. España va a seguir siendo un país importante para Vinci. Tan importante como pueda ser Cobra. La compra de Cobra entre otras cosas es para tener más exposición en España. Somos la empresa española más importante y nuestra exposición en España es la más relevante de todos los países en los que estamos.
¿Cómo se distribuyen los 6.500 millones de euros que ingresó Cobra en 2023?
El 45% en España y el 55% fuera. Fuera de España el país más importante es Brasil, donde generamos el 18%, y después, Alemania.
¿Y con la cartera actual cómo serán los porcentajes futuros?
De la cartera, el 33% corresponde a España y el 66% fuera, por lo que los ingresos tenderán a que ese 45% vaya hacia el 33%. Tenemos 15.000 millones de euros de cartera, en 2022 teníamos 11.000 y cuando se cerró la operación 8.000 millones.
¿Cómo reparte sus ingresos por negocios?
Diferenciamos entre lo que llamamos negocio recurrente, que supone dos terceras partes y que es más estable, con menos margen, pero muy relevante para la estabilidad de la compañía; y contratos especiales, que pesan un tercio. Esto va a cambiar porque la cartera ha crecido mucho por la parte de proyectos relevantes, entre los que están las grandes líneas de transmisión, las estaciones conversoras y las renovables. Las actividades de Cobra son muchas: conservación de carreteras, alumbrados públicos, sistemas inteligentes de tráfico, parques fotovoltaicos, conversoras, servicios petroleros..., no hacemos solamente una cosa. Si sólo estoy dedicado a una cosa, o haces menos o tiendes a hacer más con más riesgo.
¿En qué áreas de negocio está apostando Cobra?
Hemos crecido en transmisión eléctrica. Hemos ganado un proyecto muy grande con Acciona en Australia, estamos en Perú y Chile... Para transmisión eléctrica hace falta que esté cambiando el mix y/o que esté creciendo mucho la población, y también que sea un país grande en extensión, como lo son Australia, Estados Unidos, Brasil, Francia o España. Ahora es un momento en el que nosotros podemos elegir porque hay más demanda de servicios que capacidades, aunque también tenemos dificultades para encontrar personas -la plantilla de Cobra es de 42.000 personas, 20.000 de ellas en España-. El estallido en la cartera también procede de las estaciones conversoras adjudicadas a Dragados Offshore. También tenemos ambiciones en hidrógeno, básicamente en España, con algunos proyectos que esperemos que salgan en los próximos meses. Y en biometano tenemos una cartera de unos 25 proyectos en España. Es un 'boom' silente en el que sí hay inversiones y va a crecer muchísimo. Creo que vamos a ser capaces de arrancar tres en el próximo año. Igualmente estamos intentando tomarnos en serio el almacenamiento de agua en España, donde va a haber muchas oportunidades.
En todo caso, estamos más centrados en nuevas regiones que en nuevas áreas. No estábamos en Australia y ya estamos. Y en este país tenemos desarrollados proyectos renovables que vamos a arrancar a lo largo del año. Queremos estar más en Estados Unidos, donde básicamente trabajamos con Sice, que se dedica a los sistemas inteligentes de tráfico, y queremos subir nuestra exposición a transmisión eléctrica y renovables -ya tiene 350 MW 'ready to build'-.Cuando Vinci compró Cobra a ACS los analistas coincidían en el precio acordado. Ahora, dentro de Vinci, la valoran en 7.500 millones.
Con esta revalorización, ¿ve a Vinci sacando Cobra a bolsa?
Eso 100% que no.
Hace unos meses pujó por Enerfin, la filial renovable de Elecnor, pero Statkraft se impuso con una oferta de 1.800 millones de euros. ¿Planea crecer vía adquisiciones?
La idea de Vinci no es comprar 'brownfield (proyectos en explotación)', es desarrollar desde el principio. Si hay una oportunidad y tenemos la caja no vamos a desaprovecharla. Ahora mismo no estamos en ningún proceso.