Infraestructuras y Servicios

Correos pondrá en marcha un nuevo plan estratégico y de eficiencia para los próximos cuatro años

Oficina de correos. EP.

Víctor de Elena

La dirección de la empresa pública Correos dará a conocer en pocas semanas su plan para reflotar el negocio postal tras años de pérdidas acumuladas que han llevado la compañía a una situación de "quiebra técnica", según los sindicatos. Su presidente, Pedro Saura, que arrancó su mandato recuperando el diálogo social que había abandonado su antecesor, dio a conocer la semana pasada ante los representantes de los trabajadores su intención de presentar un "plan de choque" que aborde la crítica situación financiera y organizativa en la que se encuentra el ente público.

Para reconducir el rumbo, Saura ultima el diseño de un nuevo plan estratégico a cuatro años vista que incorporará un plan de eficiencia que optimice los recursos actuales de Correos y aumente la productividad de la compañía, muy mermada por la caída del negocio postal.

Este plan se centraría en aumentar los ingresos a partir de la mejora de las cuotas de mercado en sus dos grandes negocios: servicios postales —donde ha perdido un tercio de su facturación y se ha reducido su cuota de mercado del 97% al 85%— y paquetería, donde compite con el resto de actores privados del sector y su trozo de tarta es cada vez más pequeño: del 37% al 21% del negocio en España, pese a que el mercado se ha duplicado. La ambición de la cúpula pasaría por lograr revertir esta tendencia y que la paquetería compense la caída del servicio postal.

Las medidas también incluirán acciones sobre el personal, que sufre alarmantes cifras de un absentismo al alza que ya alcanza al 10% de la plantilla, con el objetivo de mejorar la eficiencia. A priori se descarta la posibilidad de hacer un plan masivo de salidas o prejubilaciones. Los sindicatos también reclamaron la mejora de las condiciones laborales de los empleados de entrada.

El directivo ha reconocido ante los sindicatos que para llevarlo a cabo "hará falta endeudarse", y para ello, hay que convencer al Gobierno. Aquí entra en juego el carácter estratega de Saura, convertido en 'fontanero' de Moncloa para revertir aquellas empresas públicas en crisis, como ya hiciera con Paradores la pasada legislatura.

Desde Moncloa parecen mostrarse dispuestos a sumarse a la multimillonaria operación, que requiere de nuevas inversiones para modernizar la compañía —los sindicatos las cifran entre 2.000 y 3.000 millones de euros—, aunque para ello necesitan de una narrativa distinta a la ya conocida.

Y aquí entra en juego una operación similar al de Talgo o Telefónica. La nueva directiva de Correos está convencida de que su compañía tiene un carácter estratégico para la nación, en línea con lo que hacen otros servicios postales de países como el de Ucrania, el encargado de hacer llegar las pensiones a las zonas en guerra y deshabitadas.

También para garantizar las cadenas logísticas y el abastecimiento, evitando circunstancias como las vividas durante la pandemia. Por ello, apelarán al concepto de "autonomía estratégica" para que Correos forme parte del 'pool' de empresas claves para el país en un momento en que en Bruselas resuenan campanas de guerra por las declaraciones del mandatario ruso Vladimir Putin.

Para llevar el barco a puerto, la dirección de Correos ha abogado desde el primer momento por recuperar la negociación con los sindicatos. Tras una primera toma de contacto y la celebración de la primera mesa sectorial, en la que las organizaciones pusieron sus propuestas sobre la mesa, se espera que Saura presente las líneas maestras de su hoja de ruta para reflotar la empresa en las próximas semanas, sin que de momento haya fecha concreta. El plan completo sería desvelado más adelante, una vez se avance en la negociación con los trabajadores y el Gobierno.

Pide un préstamo para cubrir las pérdidas

A la espera de que se desvele este plan estratégico, Correos ha tenido que recurrir a su 'pool' de bancos habituales para solicitar un préstamo multimillonario que le permita mantener su operativa. Aunque no se ha desvelado el valor de este crédito, fuentes conocedoras de la situación explican a elEconomista.es que se destinaría a cubrir, al menos, los 125 millones de euros de pérdidas que registró la compañía el pasado ejercicio y a cubrir sus gastos ordinarios, entre los que se encuentran el pago de nóminas y operaciones corrientes para continuar con su operativa.

Fuentes sindicales reseñan que este no es el primer crédito que se solicita en los últimos años fruto de la diferencia entre ingresos y gastos, lo que habría obligado a la compañía postal a recurrir a la banca en más ocasiones para garantizar sus operaciones y resolver problemas puntuales de tesorería.