Infraestructuras y Servicios

Correos cerró 2023 con unas pérdidas de 125 millones de euros, la mitad de lo previsto

Establecimiento de Correos en el aeropuerto de Santiago de Compostela.

Víctor de Elena

El grupo estatal Correos cerró el año 2023 con unas pérdidas estimadas de 125 millones de euros, según ha podido conocer elEconomista.es de fuentes próximas a la compañía postal. Con este resultado, la entidad pública acumula su cuarto año consecutivo en 'números rojos', el octavo desde 2015, pese a que mejoró en más del 50% sus previsiones para este año, ya que internamente se estimaban unas pérdidas cercanas a los 260 millones de euros.

El resultado previsto para el pasado ejercicio también mejora a sus predecesores: la sociedad en manos de la SEPI registró unas pérdidas de 198,1 millones de euros en 2022, y de 96,3 millones en 2021. Con este nuevo resultado, Correos acumula ocho de sus últimos diez años en negativo, con las únicas excepciones de 2014 (196 millones de beneficio) y 2019 (17,8 millones).

Desde 2015, primer año en que empezó a sumar cuantiosas pérdidas, estas ascienden a 947,2 millones de euros; mientras que desde 2020, el peor año financiero de su historia con un resultado negativo de 256,6 millones, acumula 676 millones en 'números rojos'. La compañía ha declinado comentar esta información.

Casi un 10% más de visitas a oficinas

La compañía postal ha dado a conocer que el tránsito de clientes por sus 2.388 oficinas creció un 9,6% en 2023, hasta un total de 96.185.841 visitantes, unos 385.000 al día de media. De estos, el 64% acudieron para cursar envíos o adquirir algún producto o servicio, y el 36% restante para recoger paquetes, certificados o material electoral. En los últimos años, estos establecimientos han sufrido cierta reconversión de forma que, a los envíos postales y de paquetería, se han ido añadiendo servicios como el pago de tributos, tasas, recibos, trámites de la DGT, operaciones bancarias y acceso a servicios de energía, telefonía y seguros, entre otros.

Reconciliación con los sindicatos

Para tratar de reconducir la situación de quiebra técnica en la que está sumida la sociedad estatal, el Gobierno optó por relevar a su presidente durante los últimos cinco años, Juan Manuel Serrano, y puso al frente a Pedro Saura, expresidente de Paradores y previamente 'número dos' del Ministerio de Transportes. Saura, que logró reformular el modelo de negocio de la hotelera pública, ha optado por arrancar su nueva etapa al frente de Correos tratando de apaciguar los fuegos que se mantenían activos en la compañía.

El más importante, la relación con los representantes de los trabajadores, parece volver a encaminarse después de que los sindicatos dieran el visto bueno inicial al relevo de su predecesor, y tras haber celebrado una primera reunión esta misma semana con las organizaciones mayoritarias en la empresa postal (CCOO, UGT, CSIF, SL, CGT, CIG Y ELA).

Según reconocen ambas partes y recoge Europa Press, este primer encuentro permitirá aportar cierta paz social a la compañía tras años de hostilidades. Tal y como desveló CCOO, el sindicato mayoritario con un 41% de representación, Saura habría reconocido la situación crítica en que Serrano dejó la compañía, comprometiéndose a reestablecer el diálogo y acabar con el "apagón informativo y negocial de su antecesor".

La organización mayoritaria ha unido fuerzas con el otro gran sindicato de clase, UGT, para exigir "altura de miras" a todos los actores implicados con el fin de negociar un proyecto postal con financiación suficiente, un nuevo plan estratégico y un convenio colectivo para los 50.000 trabajadores de la compañía.

Sindicatos y empresa han dado por sentado que comienza un nuevo período para transformar la empresa postal mediante negociación y diálogo social con el objetivo de recuperar la situación económica de Correos, adaptar los procesos en tiempo, calidad y costes y definir su orientación en un mercado cada vez más exigente.

De su lado, Saura habría solicitado a los representantes sindicales su implicación y compromiso para conseguir los objetivos comunes en un momento que cataloga de "crucial" en los más de tres siglos de existencia de la operadora, asegurando que es una resposabilidad para todos los que componen la empresa y con la sociedad española.