Infraestructuras y Servicios

Cascajero (Oficemen): "El mercado del cemento depende en 2023 de la ejecución de la obra licitada por el Gobierno"

    José Manuel Cascajero, presidente de Oficemen

    Javier Mesones

    José Manuel Cascajero, presidente de Oficemen, la Agrupación de fabricantes de cemento de España, valora positivamente el acuerdo para el ajuste en frontera del CO2 y aplaude las medidas en materia energética del Gobierno. Ahora bien, demanda celeridad en asentar un marco normativo que termine con la competencia desleal y que ahuyente así los riesgos de cierres.

    ¿Cómo valora el reciente acuerdo comunitario del Mecanismo de Ajuste de Carbono en Frontera (CBAM)? ¿Cumple con las expectativas del sector cementero?

    Es un avance importante que debe permitir que haya una igualdad de competencia en productos con baja huella de carbono. Cuanto antes se implemente mejor, aunque con suerte será una realidad en 2026. Mientras no se adecúen correctamente y con rapidez estos mecanismos en cada fase, la pérdida de competitividad seguirá ampliándose e impedirá una descarbonización real.

    ¿Qué impacto tendrá para la industria cementera europea?

    Nos debe permitir una igualdad de competencia en las importaciones frente a países como Argelia, Turquía y Egipto que no tienen la misma regulación de CO2. Tenemos unos costes superiores que el importador que no tiene ninguna legislación y que tiene unos costes menores. El sobrecoste supera el 10%.

    "Aún no estamos viendo el impacto de los Fondos NextGen pero para 2024 la perspectiva es positiva"

    El CBAM ayuda a resolver el problema de las importaciones, pero no el de las exportaciones.

    Para las exportaciones ahora mismo estamos pendientes de la legislación del ETS (Sistema de comercio de derechos de emisión de la UE), que tiene que decir si las exportaciones van a poder tener asignación gratuita de derechos de CO2. Si no va a ser muy difícil mantener las exportaciones a países de fuera de la UE. Para nosotros, las exportaciones siguen siendo un componente fundamental de nuestra producción. Somos el segundo exportador de cemento en Europa después de Alemania.

    El otro caballo de batalla es el precio energético. ¿Cuál es el impacto?

    Desde que empezó la subida de la energía en el segundo semestre de 2021 comenzamos a notar un incremento relevante y en 2022 ha sido un impacto muy relevante. El precio de la energía eléctrica se ha llegado a multiplicar por cinco veces y ha pasado a ser más del 50% del coste variable. Somos un sector muy electrointensivo. Faltaba oferta de contratos de largo plazo (PPA) para la industria, lo que nos ha puesto en una situación muy dependiente. Es uno de los temas que se han discutido y el Gobierno tiene sobre la mesa que los contratos bilaterales para las industrias son fundamentales.

    ¿Cómo valora las medidas del Gobierno en materia energética?

    Las valoramos y pensamos que la propuesta del ajuste al gas es positiva para el sector industrial. Le hemos reconocido siempre al Gobierno que en momentos de 2022 muy difíciles en consejos europeos tomó junto con Portugal la posición de defender el precio de la electricidad para todos los ciudadanos, pero también para la industria. Hay más medidas que hacer. Tiene que haber más subastas para los industriales, como hay en otros países como Francia, que les permite tener un precio estable y una visibilidad.

    En 2022 el consumo de cemento se ha mantenido prácticamente invariable frente a 2021. ¿Qué perspectiva tiene para este año?

    Este año vuelve a ser de incertidumbre. La inflación en Europa, y en particular en España, va a seguir siendo persistente y eso puede hacer que el mercado se retraiga. El primer trimestre va a estar significativamente por debajo del de 2022, cuando hubo crecimientos altos. Posiblemente vamos a ver un 2023 que mejorará hacia final del año. El mercado en España va a depender en gran medida de la ejecución de la obra licitada por el Gobierno, porque ha habido licitaciones incrementales en 2022, pero la ejecución ha sido relativamente baja. La perspectiva para 2024 es positiva, más apoyada en los proyectos unidos a los fondos Next Generation, cuyo impacto aún no lo estamos viendo.

    "La pérdida de exportaciones y la subida de los costes de producción locales nos pone en riesgo"

    En este contexto, ¿cómo se está comportando la rentabilidad?

    En los últimos años todos esos impactos han tenido un claro efecto en la rentabilidad. En 2021 y 2022 ha habido muchos meses de generación de ebitda negativo por los impactos en la estructura de costes. Veo difícil que la industria cementera española esté generando flujo libre de caja porque, además, para adecuarnos al Pacto Verde europeo tenemos que hacer inversiones altas.

    ¿A cuánto ascienden?

    Cada fábrica de cemento en España tendría que invertir en el entorno de los 70-80 millones para adaptarse a una infraestructura de baja huella de carbono. A eso tendríamos que sumarle las inversiones de captura, almacenamiento y transporte, con cientos de millones por fábrica.

    Con el 60% de grado de utilización de las fábricas, ¿se esperan más cierres o deslocalizaciones?

    Si se pierden las exportaciones, si la UE no nos apoya con la asignación gratuita de las exportaciones, si los costes de producción locales suben y no podemos competir con los países de nuestro entorno, está claro que vamos a tener un uso menor incluso del 60% y nos pone en riesgo.