Un bote de 2,2 millones de euros convirtió a Rafa Castaño en el ganador del mayor premio de la historia de Pasapalabra. El concursante sevillano se impuso a Orestes, que era el favorito de la audiencia de este programa. El burgalés se quedó sin premio después de más de un año compitiendo cada tarde.
La vida de Rafa Castaño ha cambiado mucho después de completar el Rosco. Sin la presión del estudio contante para ganar Pasapalabra, ahora lleva una vida más relajada, disfruta leyendo o viendo series y solo piensa en recuperar el anonimato que perdió con la televisión, aunque recientemente fue noticia por su vida privada, cuando salió a la luz su relación sentimental con una periodista de Antena 3 Noticias.
"Mi prioridad es recuperar mi anonimato", explica en Pronto. "Llevo muchos años en concursos de cultura y ahora, tras haber ganado el bote, no contemplo ir a otro, porque lo que más me apetece es dejar de ser tan conocido como lo soy", explica.
"Cuando hayan pasado unos meses buscaré un trabajo que me guste. El premio me permite trabajar en lo que yo quiera y, si puede ser teletrabajo y de pocas horas, maravilloso", explica el sevillano, que quiere invertir con cabeza el dinero ganado, tal y como nos contó. "No quiero un piso, ni un coche ni lujos, porque no los necesito. Sé que suena raro, pero sólo pienso en comprarme libros, tumbarme y leérmelos, y en comer y viajar".
En cuanto a Orestes, Rafa Castaño ya explicó que no había querido hablar con él después del programa porque quería darle tiempo. Sin embargo, nunca había hablado sobre cómo era su relación personal cuando coincidían en el programa. "Mi relación con Orestes siempre ha sido buena, aunque fuera de los platós no hablamos mucho", reconoce Rafa, por lo que queda claro que su relación no fue más allá del 'trabajo'. "Ahora quiero dejarlo tranquilo porque está todo muy reciente. Le escribiré más adelante para saber cómo está".
Aunque han peleado durante meses por el premio de Pasapalabra, en ningún caso pensaron en llegar a un pacto ni compartirlo. Preguntado si regalará algo a Orestes, Castaño se muestra rotundo. "¿Regalarle algo? Se ha llevado 220.000 euros, no se ha ido con las manos vacías, pero si voy a Burgos, seguro que nos tomaremos una cerveza".