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La boda del portavoz del PP andaluz con Coki Pareja-Obregón, ex de Javier Calle (ex de Alba Díaz)

Coki Pareja-Obregón y Toni Martín Iglesias, portavoz del PP andaluz

En tiempos donde la vida política se somete al escrutinio constante y las redes sociales lo convierten todo en espectáculo, hay quienes deciden vivir sus momentos más íntimos con la serenidad de lo auténtico. Es el caso de Toni Martín Iglesias, portavoz del Partido Popular en el Parlamento andaluz, que ha sorprendido con una boda discreta y profundamente simbólica, celebrada lejos del ruido mediático y con el telón de fondo de Sierra Morena.

El dirigente sevillano ha contraído matrimonio con Coki Prieto Pareja-Obregón, una figura conocida en ciertos círculos sociales por su anterior relación con el empresario Javier Calle, ex de Alba Díaz, hija de Vicky Martín Berrocal y Manuel Díaz El Cordobés. Aquella historia, marcada por un episodio de infidelidad y muchas páginas en la prensa del corazón, quedó atrás. Coki ha rehecho su vida, esta vez desde la calma y la madurez, en una relación que ha crecido al margen de focos y titulares. El escenario elegido para la ceremonia no ha podido ser más elocuente: Aldeaquemada, un pequeño municipio jienense enclavado en pleno corazón de Sierra Morena. En ese entorno de vegetación silvestre y horizontes serenos, Toni y Coki decidieron sellar su amor con una boda íntima, sin alardes ni grandes alardes, pero rebosante de intención. Allí, rodeados de naturaleza y de unos pocos testigos, se dieron el "sí, quiero" en una celebración tan sencilla como emotiva.

La estética de la boda fue tan cuidada como austera. El altar se improvisó con una mesa rústica de madera, adornada por dos centros florales de inspiración silvestre. Una figura simbólica presidía el lugar donde los novios intercambiaron sus promesas, en una escena que respiraba autenticidad y conexión con el entorno. No hubo grandes nombres en la lista de invitados, ni despliegues de protocolo: sólo personas cercanas, en un ambiente recogido y cálido.

El enlace fue compartido por los propios protagonistas en sus redes sociales, pero con la misma sobriedad que lo caracterizó todo. Con una imagen de los dos en plena naturaleza, acompañaron la publicación con hashtags que hablan por sí solos: #JustMarried, #Juntos, #AmorEnVerdeYBlanco. Un guiño cromático que no pasa desapercibido en clave andaluza, pero también un reflejo del espíritu de la celebración: amor sencillo, en equilibrio con la tierra.

La otra boda de la novia, con el que fuera después amante de Alba Díqz,la hija de Vicky Martín Berrocal y El Cordobés, un escándalo que en 2018 recorrió Andalucía y España

Erik Domínguez Guerola, presidente del PP de Jaén, fue uno de los pocos en hacer pública su felicitación, compartiendo una imagen de los novios y escribiendo: "Amor en blancos y verdes". Una frase breve que encapsula, sin necesidad de más adornos, la pureza y la simbología del momento. Este nuevo capítulo en la vida de Toni Martín llega en un momento clave de su carrera política. Figura consolidada dentro del Partido Popular andaluz, su imagen ha estado siempre ligada a la moderación, la eficacia y un estilo alejado de estridencias. Su boda parece prolongar esa misma línea: alejar lo íntimo del escaparate y vivir lo importante con hondura, no con espectáculo.

Para Coki, esta boda significa también una segunda oportunidad tras aquellos titulares de infidelidad

Para Coki, esta boda significa también una segunda oportunidad para construir desde otro lugar. Atrás quedaron los titulares que la relacionaban con el universo de la crónica rosa. La Coki que hoy celebra su unión con Toni es una mujer que ha decidido volver a apostar por el amor sin artificios, sin necesidad de validaciones externas, en un entorno donde el único lujo fue la autenticidad. Si algo ha demostrado esta historia es que, incluso en un mundo donde la política y la vida personal parecen inseparables, hay quienes saben marcar la diferencia. Toni Martín y Coki Prieto lo han hecho con una boda que no busca ser portada, pero que bien podría ser ejemplo. Porque cuando el compromiso es real, basta con un claro en el monte, un altar de madera y dos personas que deciden caminar juntas, sin ruido, pero con firmeza.

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