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Cronología (y álbum) del amor entre el alcalde Almeida y la noble veinteañera Teresa Urquijo: de la chispa al bebé

El amor, a veces, se cuela por las rendijas más inesperadas y, en el caso de José Luis Martínez-Almeida y Teresa Urquijo, llegó cuando menos se lo esperaban, pero con la fuerza de lo inevitable. Él, alcalde de Madrid, acostumbrado a lidiar con la complejidad de gobernar una ciudad que nunca duerme, y ella, Teresa Urquijo, una joven de 28 años de una estirpe cargada de historia, encontraron en su diferencia de edades, de mundos y de ritmos, la perfecta complementariedad.

La buena nueva de que esperan su primer hijo es de momento el último capítulo de una historia que comenzó con una chispa y que ha ido iluminándose a golpe de complicidad, anécdotas y momentos que, según el propio Almeida, nunca pensó que viviría. "Pronto seremos tres", anunciaba el alcalde casi cincuentón en su cuenta de Instagram, como hemos recogido, acompañando sus palabras con una foto de él y Teresa, con la sonrisa de quien parece que ya lo tiene todo.

El comienzo de todo: la chispa inesperada

El primer encuentro entre Almeida y Teresa tuvo lugar en una cena organizada por amigos comunes, donde las probabilidades de que una joven de espíritu libre como ella y un político curtido en mil batallas burocráticas conectaran eran mínimas. Sin embargo, lo hicieron. En palabras del propio alcalde, "Teresa apareció como un remanso de calma en una vida que, hasta entonces, había sido pura tormenta".

No fue un amor fulminante, sino de esos que se cuecen a fuego lento. Las primeras citas transcurrieron entre paseos discretos por los barrios de Chamberí y Salamanca, donde nadie parecía reconocer al alcalde sin su característico traje y corbata. Para Teresa, José Luis no era el político que aparecía en los debates televisivos, sino un hombre sencillo, que la hacía reír y cuya ternura, según ella, era su cualidad más desarmante.

La historia familiar de Teresa Urquijo tiene el peso y el brillo de la historia de España. Nieta de Íñigo Moreno de Arteaga, marqués de Laserna, y Teresa de Borbón-Dos Sicilias, prima del rey Juan Carlos, Teresa no ha sido ajena a los protocolos y ceremonias propias de su linaje. Sin embargo, nunca permitió que ese mundo determinara su forma de ser. "Teresa tiene los pies en la tierra, es una mujer práctica y, sobre todo, libre. Eso me enamoró de ella", nos confesaba Almeida.

Esta mezcla de tradición y modernidad fue lo que, en parte, facilitó que su relación fuera aceptada y celebrada tanto en el círculo político de Almeida como en el entorno aristocrático de Teresa. Su relación, sin embargo, nunca fue un desfile de oropeles; más bien, fue una suma de pequeños gestos cotidianos.

La boda del año

El 6 de abril de 2024, José Luis Martínez-Almeida y Teresa Urquijo unieron sus vidas en una ceremonia que quedará grabada en la memoria colectiva como "la boda del año". La iglesia de los jesuitas en Serrano se llenó de personalidades del mundo político, aristocrático y social, con la presencia destacada de las infantas Elena y Cristina, así como del rey Juan Carlos. La posterior celebración en la finca El Canto de la Cruz, propiedad de los abuelos de Teresa, fue un auténtico homenaje a la tradición española, con un chotis improvisado entre los recién casados que se hizo viral en las redes sociales.

Sin embargo, lo que más llamó la atención de los asistentes fue la naturalidad y la felicidad que irradiaban ambos. Almeida, que había bromeado en numerosas ocasiones sobre su soltería y su "mala suerte en el amor", parecía haber encontrado en Teresa su puerto seguro. "Ella es mi refugio, mi calma en un mundo que a veces es demasiado ruidoso", confesaba emocionado durante su discurso.

La vida después del "sí, quiero"

La diferencia de edad entre José Luis y Teresa, de 21 años, nunca ha sido un obstáculo para ellos. Todo lo contrario, se convirtió en una ventaja. Mientras él aportaba la experiencia y la serenidad de quien ha enfrentado múltiples desafíos, ella inyectaba frescura y entusiasmo a su vida. "Cuando veo a Teresa, siento que puedo con todo. Es mi pilar, mi aliada", decía el alcalde en una entrevista poco después de la boda.

Ambos han sabido encontrar el equilibrio perfecto entre sus ocupadas agendas. Durante el verano de 2024, aprovecharon para desconectar con un viaje por el norte de España, alejados del bullicio madrileño. En sus redes sociales, compartieron imágenes de paisajes verdes y pueblos costeros, dejando claro que, pese a sus compromisos, el tiempo que pasaban juntos era siempre de calidad.

El anuncio del bebé: una nueva etapa

El deseo de ser padres había estado presente en las conversaciones desde el principio. En varias entrevistas, Almeida había bromeado sobre la posibilidad de convertirse en "padre-abuelo" debido a su edad, pero siempre dejando claro que estaba dispuesto a asumir ese reto con ilusión. "Sé que me voy a perder muchas cosas, pero voy a disfrutar al máximo todo lo que venga. Ojalá llegue a los 94 años y pueda verlo todo, aunque sea con bastón", comentaba con su característico humor.

El anuncio del embarazo llega de la manera más sencilla y auténtica: una publicación en Instagram con el texto "Pronto seremos tres". En cuestión de minutos, las redes sociales se han llenado de felicitaciones de ciudadanos anónimos, compañeros de partido y figuras públicas de diferentes ámbitos.

Anécdotas que hacen historia

La relación entre Almeida y Teresa no solo ha estado marcada por momentos solemnes, sino también por anécdotas que revelan el carácter humano y divertido de la pareja. Una de las más recordadas ocurrió durante un acto oficial en el Ayuntamiento, donde Teresa, sentada en primera fila, rompió en carcajadas cuando Almeida, en un lapsus, confundió el nombre de un invitado. "¿Qué puedo decir? Mi mujer me mantiene humilde", bromeó el alcalde ante los aplausos del público.

Otra anécdota destacada fue la vez que Almeida, en un intento por sorprender a Teresa, decidió cocinar una cena especial. Según confesó más tarde, el resultado fue un desastre culinario, pero ella, con su habitual sentido del humor, pidió comida a domicilio y lo consoló diciendo: "Para eso ya tenemos a los restaurantes de Madrid".

Un futuro lleno de promesas

Con la llegada de su primer hijo, la historia de amor entre José Luis Martínez-Almeida y Teresa Urquijo entra en una nueva etapa. Él, que durante años había dedicado su vida por completo a la política, ahora se prepara para el desafío más importante: la paternidad.

"Este bebé no solo es un regalo para nosotros, sino también para nuestra familia y para todos los que nos han apoyado en este camino", dice Almeida. Aunque es pronto para conocer los detalles sobre el futuro del pequeño, algo que está claro: crecerá rodeado de amor, risas y un profundo sentido de la tradición.

La historia de José Luis y Teresa demuestra que, a pesar de las diferencias, del ruido mediático y de las exigencias de la vida pública, el amor puede ser un refugio, un motor y una brújula. Desde esa primera chispa hasta el bebé que ahora esperan con ilusión, su relación es un recordatorio de que, a veces, lo mejor de la vida llega cuando menos lo esperas.

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