Carlo Ancelotti cumple 65 años en unos días, pero este sábado, tras darle al Real Madrid su decimoquinta Copa de Europa, el italiano demostró que está en plena forma. Como si fueran las catacumbas del Coliseo, a los pasillos del Estadio de Wembley se trasladó la juerga de los merengues una vez superada la celebración sobre el césped, la entrega de la copa y los compromisos con los medios oficiales, incluida la rueda de prensa.
El técnico italiano levantó la Decimoquinta como prólogo a la fiesta posterior. Sin embargo, después de que el capitán elevara la copa en el cielo de Londres, la situación se descontroló. Los jugadores del club de los merengues empezaron a celebrar su decimoquinta Champions desde el césped, muy cerca de donde se estaban la mayoría de los familiares de los futbolistas. El problema apareció cuando la seguridad del estadio no quería dejar pasar a los familiares, un gesto que molestó mucho a los jugadores, ya que estos sí querían celebrar la victoria en el césped junto a sus seres queridos. Finalmente, los jugadores del Real Madrid convencieron al personal de seguridad para que los familiares saltaran al campo.
Ya en el césped, el hermano de Vinicius corrió a abrazar a Bellingham, que le recibió como un familiar más. Por su parte, la madre Bellingham pidió un selfie a Jose Mourinho. "Mi madre es una fan de Jose desde hace años y le tuve que pedir que se sacara una foto con ellas", explicó el jugador inglés.
En plena celebración, Vinicius se acercó a la grada a saludar a su 'jefe', el rapero Jay-Z, el propietario de la agencia de representación Roc Nation, la empresa que lleva los negocios del brasileño. Lando Norris, piloto de Fórmula 1, también bajó al césped para sacarse fotos con varios futbolistas.
La fiesta continuó en la zona mixta y en el autobús, donde Vinicius apareció con gafas de sol. "Llega un momento que los jugadores del Madrid dicen 'ahora', y van y ganan", señaló Florentino Pérez en los pasillos.
