La modelo y la presentadora han saltado a la palestra informativa este martes gracias a sus hijos, Carlo Costanzia y Alejandra Rubio, que han dado la sorpresa dando un paso más en su amistad y consolidando su relación con besos muy apasionados en un centro comercial de Madrid. La reacción de sus madres ha sido bien distinta: una no sabía nada, la otra no daba crédito.
Mar Flores ha asegurado que no conocía el vínculo entre su hijo y la tertuliana de Así es la vida y que se ha quedado "muy sorprendida" al ser informada de las imágenes, portada de la revista Semana este miércoles. Personas de su círculo afiman que está contenta porque Alejandra "puede darle estabilidad a Carlo" y eso es lo que su madre desea después de los altibajos que ha sufrido el actor. "Alejandra es una niña educada, curranta... Un encanto", aseguran.
La que no está tan satisfecha es Terelu Campos. "No está muy contenta", ha dicho Luis Pliego, director de la revista Lecturas. Precisamente en esta publicación se explayó la hija de María Teresa Campos hace unas semanas y opinó abiertamente sobre la aparición de Carlo en el programa De Viernes para resucitar los fantasmas familiares: "Si viera a mi hija hablando de su padre o de mí sería un fracaso", dijo entonces. En aquel momento, Terelu ya sabía de la relación entre Alejandra y Carlo y aprovechó su blog para lanzarle unas cuantas pullitas a ambos, algo que molestó a su hija: "Me parece innecesario", dijo.
Una época difícil
Alejandra ha llegado a la vida de Carlo en una época difícil para él. El pasado mes de septiembre fue condenado a 21 meses de prisión por un delito de estafa agravada en un entramado de compra-venta de coches de alta gama. El intérprete de Toy Boy siempre ha defendido su inocencia y asegura que fue engañado por el que era su socio: "Siempre creí que el negocio era lícito". Prueba de ello es que ha devuelto gran parte de la cantidad estafada a las víctimas para reparar el daño.
No es la primera vez que el actor tiene problemas con la justicia. El modelo pernoctó en octubre de 2022 en un centro penitenciario tras ser parado en un control de tráfico. En noviembre se le concedió un régimen de tercer grado con pulsera telemática que lleva desde entonces y que le obliga a estar localizado por las autoridades en todo momento. En la actualidad, sigue un programa de rehabilitación para superar sus adicciones: "No quiero justificar mis hechos, sino que cuando cometo estos delitos no estoy ni en mi sano juicio ni en mis cabales. Lo digo también, en cierto sentido, con vergüenza. No me alegro de haber tenido todos los problemas de adicción que he tenido durante toda mi vida, me alegro de haberlos superado y me alegro de que, a día de hoy, esté completamente limpio", dijo.
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