Fue como un shock. La visita de Céline Dion en la gala de entrega de los Premios Grammy dejó sin aliento al público. La súper estrella canadiense, de 55 años, lleva dos años alejada de la proyección pública desde que la diagnosticaron una enfermedad neurológica que le afecta a las cuerdas vocales. Así fue su recibimiento.
Con un abrigo de pelo de color camel, un gran collar adornando su cuello y una sonrisa de agradecimiento. Céline Dion fue recibida por el público del teatro Peacock de Los Ángeles con un caluroso aplauso. La 66º edición de los Grammy rindió así un homenaje y una gran ovación a la estrella canadiense, que presentó el premio al mejor álbum del año. "Para mí es una gran alegría presentar esta noche el mismo premio que dos leyendas como Diana Ross y Sting me entregaron hace 27 años". Segundos después, pronunció el título de Midnights, de la súper ganadora de la nocheTaylor Swift. "Cuánto amor y alegría trae la música a nuestras vidas", exclamó la estrella.

En los minutos en que subió al escenario, Dion no se quitó su abrigo. Iba de la mano de su hijo, René-Charles. La estrella llevaba una maravilla de vestido de gasa de color rosa empolvado de escote cruzado y recogido en la cintura con un lazo. La intérprete de hitazos como My heart will go on, de la banda sonora de Titanic, All by myself, Because you love me y The power of love combinó su collar con el brazalete, el anillo y los pendientes de brillantes.
La cantante libra una batalla con una enfermedad neurológica incurable (SPR), que afecta a la movilidad de los músculos y de las cuerdas vocales. Se trata de una dolencia rara y autoinmune, tal y como ella misma anunció el año pasado, que le provoca espasmos y rigidez.