Fue la primera en volar a Tailandia para estar junto al chef español, encarcelado por el presunto asesinato de Edwin Arrieta el pasado mes de agosto. Sin embargo, con el paso de los días, Silvia Bronchalo ha pasado a un segundo plano hasta el punto de 'desaparecer'. Hace semanas que no visita a Daniel y solo habla con él de manera esporádica. ¿El motivo? Una fuerte discusión y una ruptura familiar definitiva.
Ya adelantamos que Silvia Bronchalo no apoyaba las decisiones de su ex, Rodolfo Sancho, relativas a la situación judicial de su hijo. La ex actriz, que ahora se dedica al negocio inmobiliario, teme que la línea de defensa de García Montes y compañía sea demasiado agresiva y ponga en riesgo la vida de su hijo, que podría ser condenado a pena capital. Así se lo hizo saber al protagonista de Mar de plástico en los primeros días. Según 20 minutos, la conversación desembocó en una fuerte discusión que ocasionó una ruptura absoluta entre ambos.
Ante semejante situación, Daniel Sancho tuvo que elegir entre papá o mamá, y ganó el primero. El joven, acusado de asesinar y descuartizar al cirujano colombiano, cedió poderes a su padre para que fuera él quien tomara todas las decisiones relativas al caso, algo que no gustó nada a su madre.
Según el citado medio, la situación de Silvia Bronchalo es muy dolorosa y complicada: se siente ninguneada por su ex marido, que no le hace partícipe de las decisiones importantes sobre la defensa de su hijo, y también rechazada por el propio Daniel, con el que ha hablado en las últimas semanas solo en ocasiones esporádicas.
Tres abogados en 106 días
Daniel ingresó en prisión provisional el pasado 7 de agosto, tras confesar haber asesinado a Edwin Arrieta y haberlo descuartizado para ocultar sus trozos en distintas partes de la isla. El pasado lunes acudió a la Corte, donde el juez leyó los delitos de los que se le acusan: asesinato premeditado, ocultación de cadáver y destrucción de documentación privada. Solo admitió el segundo. Daniel defiende que no planeó matar al colombiano, sino que se produjo una fuerte discusión entre ellos y, en el forcejeo, él cayó y se golpeó la cabeza.
Esta es la línea de defensa en la que trabajan sus abogados españoles y que ha rechazado ya el tercer abogado tailandés ofrecido por la fiscalía. El primero se retiró del caso por la presión mediática, el segundo fue despedido por el propio Daniel y el tercero rechazó el encargo el mismo lunes 13, apenas fue nombrado. De nuevo, el preso español se encuentra sin defensa oficial en Tailandia y a la espera de juicio, donde solo puede ser asistido por un letrado nacional.
