La policía tailandesa continúa investigando el crimen del cirujano colombiano a manos de Daniel Sancho. El máximo responsable, Big Joke, afirmó que el informe se entregaría a la Fiscalía la semana pasada pero la aparición de nuevos testigos y pruebas ha dado un giro al caso. La última ha visto la luz este martes: Edwin Arrieta no tenía un teléfono móvil sino dos.
El doctor vivía a caballo entre Colombia y Chile, por lo que tenía dos terminales diferentes. Hasta ahora, la policía solo había contemplado la existencia del primero pero el segundo podría contener tanta o más información relevante para el caso: mensajes, fotos, registro de llamadas... Ninguno de los dos ha sido hallado todavía. Según Código 10, la última conexión desde el teléfono chileno se llevó a cabo el martes 2 a las 4:38 hora colombiana, es decir, el miércoles 3 a las 3:38 de la hora tailandesa. Se trata de un dato clave para poder cuadrar las horas previas y posteriores a la muerte de Edwin, pues en el relato de Daniel existen lagunas temporales que ni los testigos ni las cámaras de seguridad han logrado solventar.
La policía trabaja a contrarreloj porque tiene una fecha límite para entregar su informe: el próximo 27 de octubre. Si para entonces no hay una acusación bien elaborada, tendrían que liberar a Daniel Sancho e incluso devolverle su pasaporte, con el que podría regresar a España sin problema.
La continua aparición de pruebas y la investigación abierta han impedido que los restos de Edwin Arrieta sean repatriados a Colombia, algo que su familia esperaba hace ya una semana. De hecho, algunas partes del cuerpo del cirujano (como el torso, clave para el análisis forense), ni si quiera han aparecido todavía.