Giro de tuerca en el comportamiento de la influencer con la prensa. Tras más de un año de malas caras, voto de silencio y carreras en plena calle, Victoria Federica ha atendido a los medios a las puertas de su casa. ¿La razón? Un toque de atención de la agencia para la que trabaja, cansada ya de las polémicas y los gestos toscos de la hija de la infanta Elena.
Este miércoles, Victoria Federica ha mostrado una enorme sonrisa frente a los micros y le ha dado a la sin hueso para responder a todas las preguntas, como si asistirá al cumpleaños de Irene Urdangarin el próximo viernes en Ginebra: "Seguramente", ha dicho. También ha hablado de la lista de invitados a la fiesta: "No sé quién va a venir y quién no. Si viene mi abuelo, don Juan Carlos, yo encantadísima. Y si viene Iñaki Urdangarin, pues igual de bien".
La influencer, que ya cuenta con casi 250.000 seguidores en redes sociales, también ha hablado sobre su hermano Froilán, estos días en el ojo del huracán por su participación en la organización de la Cumbre del Clima de la ONU: "Estoy muy feliz por él".
La inesperada simpatía y amabilidad de Victoria Federica ha dejado patidifusos a los periodistas, pues hace solo unas semanas su amiga Tamara Gorro hacía de portavoz para explicar el porqué del hosco comportamiento de la joven: "No quiere hablar de su familia, quiere que su carrera vaya por otro lado". Sin embargo, tanto su agencia como compañeros de profesión han aconsejado en las últimas semanas a Vic cambiar su actitud, según Semana: "Las marcas no quieren verse envueltas en polémicas ni comportamientos maleducados. De lo contrario, dejarán de contratarla".