Hiba Abouk confirmó su separación el pasado 27 de marzo mediante un contundente comunicado en el que aseguraba que su relación ya estaba rota antes de que su marido, Achraf Hakimi, fuera imputado por una presunta violación.
En pleno proceso de divorcio, la actriz, que se casó en régimen de gananciales como explicó el medio galo First Mag, descubrió que el futbolista había puesto su fortuna a nombre de su madre y, por tanto, no podía reclamar la cantidad que entendía que debía recibir tras firmar la separación.
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No obstante, Hiba reconoce tener "cero apego a lo material", ya que desde los 18 años se mantiene a sí misma, tal y como cuenta en una entrevista con Elle: "Siempre he sido una luchadora. Me fui de casa con una mano delante y otra detrás. Sin el apoyo de mi familia. Pero tenía que hacerlo, porque mi entorno no me iba a permitir ni crecer ni ser libre. Era o mi vida o la de ellos, y decidí luchar por mí".
Ahora mismo lo único que le importa es la "salud" de sus dos hijos, Amín y Naím: "Ser madre me ha hecho tener un sentido de la responsabilidad que tal vez antes no tenía. Es lo mejor que he hecho en la vida. (...) Mi prioridad no es mi profesión, es mi pequeña familia, son mis hijos, y mi felicidad pasa antes por estar con ellos y verlos crecer en vez de irme a rodar seis meses fuera. Y no pasa nada".
El paso de emprender un camino por separado del de su hasta ahora marido no ha sido una decisión fácil pero sí ha sido tomada desde la comprensión, según confiesa: "Lo importante es que tengo la tranquilidad de haberlo intentado y haber hecho todo lo que tenía que hacer. Hay decisiones que no se pueden tomar de la noche a la mañana. Para mí es una premisa no precipitarme en momentos de crisis. Las cosas hay que hacerlas desde la calma y desde el amor. Cuando te separas, reestructuras tu vida, pero tampoco es nada del otro mundo: hay que quitarle hierro al asunto", zanja.