Tras el tormentoso final de su relación con Gerard Piqué, es hora de decir adiós tras más de diez años instalada en la fortaleza de Espulgues de Llobregat. Shakira y sus hijos han cogido un avión este domingo. Se van de vacaciones de Semana Santa pero después no regresarán a Barcelona, sino que directamente aterrizarán en Miami.
La cantante, que esta semana sorprendió con una nueva indirecta a la novia de su ex, tenía previsto viajar en Semana Santa para después volver a España, pero ha habido un cambio de planes. Todo a raíz de que la clínica Teknon de Barcelona le confirmara el pasado jueves que no podrían operar de nuevo a su padre porque no disponen de los recursos necesarios para ello.
La operación pendiente de su padre era su principal atadura a Barcelona y como ya nada la retiene aquí, la de Barranquilla le comunicó a sus abogados el pasado viernes que su marcha pasaba a ser definitiva e inminente. Una vez terminen sus vacaciones de Semana Santa, no regresará a Barcelona sino que volará a Miami. También comunicó que los niños comenzarían las clases en su nuevo colegio el próximo 11 de abril, tras la Semana Santa española y el Spring Break americano. Así lo confirmó La Vanguardia hace unas horas.
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Los niños se incorporarán en esta recta final del curso al Miami Country Day, un exclusivo centro a la altura del bolsillo de sus padres. Cuesta un auténtico pastizal: entre los 33.000 y los 46.000 dólares anuales.
La decisión de Shakira ha vuelto a molestar a Piqué. Desde hace unos meses se barajaba abril como el mes de su partida, pero al ex central culé le ha molestado, según el mismo medio, que la madre de sus hijos tome la decisión, de forma definitiva y precipitada, sola, sin tener en cuenta sus consideraciones. Al presidente de la Kings League, felizmente enamorado de Clara Chía, le habría gustado que sus hijos, al menos, terminaran el curso en su centro de Barcelona. No ha podido ser. Además, los colegios de Barcelona y Miami se enteraron antes que el propio Gerard de la decisión de Shakira.
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Como decíamos, lo único que retenía a la artista aquí era el estado de salud de su padre. William Mebarack, a sus 91 años, ha sufrido varios ingresos en los últimos meses y ha tenido a su familia en vilo.
