Una vez más, la reina Silvia y sus hijas, las princesas Victoria y Magdalena han dejado claro que Sofía no está a su altura. Este sábado, las tres mujeres reales sacaban de sus joyeros sus tiaras más exquisitas para asistir a la cena de los Premios Nobel mientras que Sofía, esposa del príncipe Carlos Felipe, tuvo que conformarse con una diadema de lo más sencilla prestada por una de sus cuñadas.
Camino de su segundo aniversario de boda con el hijo de los reyes Carlos Gustavo y Silvia de Suecia, está claro que Sofía sigue sin encajar en la familia de los Bernadotte. La princesa, que fue carne de realities y portadas además de haber ejercido de stripper en el pasado, sigue estando muy mal considerada dentro de la familia de su marido, el príncipe Carlos Felipe. Es conocida su mala relación con la princesa Magdalena, con la que mantiene ciertas diferencias que han tenido que ser arbitradas por el resto de la familia en más de una ocasión.
Este sábado, el Golden Hall de Estocolmo fue testigo de esta separación al recibir a las princesas Magdalena y Victoria junto a la reina Silvia con grandes tiaras y esplendorosos vestidos mientras que Sofía era 'despojada' de su tiara real (la única que puede ponerse, ya que no le permiten el acceso al joyero real) para lucir una sencilla diadema, prestada por Victoria, que resultaba insignificante comparada con las espléndidas tiaras del resto.
Además, Hellqvist llevó el pelo suelto, algo que va contra el protocolo y que acentuaba aún más la diferencia frente a sus cuñadas y su suegra, que lucían trabajados recogidos. Aún así, ella se mostró sonriente y amable con los presentes, tal y como suele hacer.
La princesa Magdalena lució un vestido rosa y la tiara Connaught, que el año pasado ya usó su hermana para la misma ocasión y cuyo precio oscilaría los 350.000 euros. Victoria, por su parte, optó por un vestido de H&M que está diseñado en exclusiva para ella y lo combinó con la tiara Pavo Real, que data de 1810 y perteneció a la reina Josefina. Por último, la reina Silvia optó por la tiara Leuchtenberg, reservada desde 1976 para su uso exclusivo y tallada en diamantes y zafiros.
La diadema de Sofía ha sustituido a su tiara habitual, la única que tiene, ya que aseguran que ni la reina ni las princesas le permiten el acceso al joyero real. La esposa de Carlos Felipe lleva casi dos años luciendo la tiara de esmeraldas y diamantes que sus suegros le regalaron por su compromiso y que ella estrenó el día de su boda. En esta ocasión ha decidido dejarla en casa y lucir de prestado.
Debido al pasado de Sofía, el príncipe tuvo grandes problemas para que su novia fuese aceptada en su familia. Después de aparecer en algunos eventos familiares (a los que era invitada por el miedo a que ella se presentara sin más) y unas cuantas y sonoras discusiones entre Carlos y los suyos, Sofía se convirtió oficialmente en su prometida el 30 de junio de 2014, en princesa el 14 de junio de 2015 y, más tarde, en madre de su primer hijo. Como dijo el propio príncipe el día de su boda, el suyo es "un amor que lo ha conquistado todo".