Casas Reales

Alessandra de Hannover, la nueva 'princesa' de Mónaco

  • Se estrena con una 'madrina' de lujo, su hermana Carlota

El Principado de Mónaco ha vuelto a llenarse de glamour con motivo del tradicional Baile de la Rosa celebrado este fin de semana. Cuba era el motivo de la fiesta benéfica monaguesca que ha contado, por primera vez, con la presencia de Alessandra de Hannover, la hija pequeña de Carolina de Mónaco, que no ha dejado a nadie indiferente.

Vestida con un elegante pero al mismo tiempo juvenil vestido suelto con corte en el pecho (que para el baile después de la cena convirtió en un palabra de honor) en color rosa empolvado (el tono de moda este año) de Chanel, Alessandra derrochó simpatía y no se separó de su hermana Carlota (que lucía un mono de seda crema con capa de la maison francesa, como su madre) en toda la noche, con la que hizo su entrada en la sala y derrocharon miradas y gestos cómplices ante los nervios de la debutante. Bailó, disfrutó de la fiesta y mantuvo animadas charlas con sus hermanos y cuñadas, con las que guarda una relación estupenda.

Alessandra tiene 16 años y es fruto de la relación de Carolina con Ernesto de Hannover, de quien ha heredado el cabello rubio y los ojos azules. Todos dicen que es la mimada de la familia y que sus tres hermanos la adoran y la tienen entre algodones. Poco sabemos de su vida, salvo que adora el patinaje artístico desde niña (hasta ha representado a Mónaco en el Festival Olímpico de la Juventud en 2015) y que se lleva de maravilla con sus primas, las hijas de Estefanía de Mónaco (ni ella ni las jóvenes asistieron al Baile de la Rosa, como en los últimos años).

Estudia en L'Ecole de la Condamine en Mónaco, el mismo centro en el que lo hicieron sus hermanos y se cuenta que Carlota, que además es su madrina, es su mejor amiga y confidente. La joven tiene también su punto de 'rebeldía' a pesar de haberse criado en palacios (desde los seis años vive en Mónaco pero nació en uno de los de su padre en Austria cuando Carolina tenía 42 años) y explica públicamente que profesa la religión protestante pese a que toda sus familia (y el Principado) es católica.

Desde la separación de sus padres en 2009, Alessandra no ve demasiado a menudo a su padre, que vive entre Kenia e Ibiza, y ha decidido convivir con su madre, a la que adora y con la que suele acudir a desfiles de moda en París. Por el momento no se le ha conocido ningún novio de adolescencia, pero seguro que en breve, después de este debut oficial, muchos serán los interesados por buscar su primera foto con un chico.

Las grandes ausencias

Como lleva sucediendo desde hace algunos años, las ausencias son otro de los hechos destacados del Baile de la Rosa. Por segundo año consecutivo, la gran ausente ha sido Charlene, la mujer de Alberto de Mónaco, que ha decidido quedarse al cuidado de sus hijos acrecentando los rumores de crisis en el matrimonio que les llevan persiguiendo desde hace meses.

Tampoco Estefanía ni sus hijos han asistido al Sporting Club de Mónaco, dejando a la vista que la familia Grimaldi nunca ha sido una familia unida pese a lo que han querido mostrar en algunas ocasiones en público.

Por otra parte, dos mujeres han tomado el relevo en glamour y elegancia a las princesas de Mónaco: las mujeres de Andrea y Pierre, los hijos de Carolina. Sin duda, la más llamativa de la noche fue Beatrice Borromeo, la mujer de Pierre, que eclipsó a todas las asistentes con un espectacular vestido rojo de tul de Giambattista Valli (muy parecido al que llevó Rihanna en color rosa en la fiesta del MET en NY en 2015) digno de una red carpet. Tatiana Santo Domingo fue fiel a su estilo boho chic con un chanel en color morado con corte en la cintura y escote en V.

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