La Casa Real noruega observa estupefacta los últimos movimientos de Marius Borg. Su madre, Mette-Marit, esposa del heredero Haakon, no levanta cabeza. Marius, de 28 años, fruto de una relación anterior de la princesa, se ha fugado en plena investigación policial, tras las acusaciones de presuntas agresiones sexuales, violencia de género, saltarse una orden de alejamiento y consumo de drogas. El joven ha sido fotografiado en Copenhague, tal y como publica el medio Se og Hor en sus redes. Con la intención de pasar inadvertido, llevaba el pelo teñido de moreno.
Pese a su nuevo look, Marius fue reconocido. Muestra una imagen casual, con el pelo más largo y se oculta tras unas gafas de sol, según se aprecia en esta imagen de portada. Lejos de permanecer en algún lugar discreto y con un perfil bajo, lo vieron de fiesta en una conocida discoteca de la capital danesa. Esta fuga del hijo de Mette-Marit se ha producido después de que la policía noruega encontrara en su móvil pruebas que podrían incriminarlo en la supuesta violación de una presentadora de televisión noruega. Con el afán de escapar de sus responsabilidades y de alejarse del foco, habría hecho las maletas rumbo a Dinamarca, donde finalmente ha sido reconocido y fotografiado, según recogen la prensa del país.
El caso de Marius Borg preocupa en la Casa Real por lo escandaloso de las graves acusaciones que pesan sobre él y por su comportamiento inexplicable. Su madre, de 51 años, está aquejada de fibrosis pulmonar crónica, una enfermedad se ha agravado a pasos agigantados en los últimos meses. Hace unos días, su oficina anunció que por razones de salud cancelan su agenda durante dos semanas.