El año más difícil de Kate Middleton comenzó el 16 de enero. Ese día ingresaba en el hospital donde fue sometida a una cirugía abdominal, tal y como anunció la Casa Real un día después. La única persona que vimos entrar a verla al centro médico fue su marido, Guillermo. Se dio la circunstancia que con una diferencia de horas, el rey Carlos III también ingresó en The London Clinic. Ambos, suegro y nuera, compartieron en los pasillos de la clínica momentos de lucha y de superación y se han hecho inseparables. Ahora salen a luz detalles de aquellos días en el hospital.
La princesa, de 42 años, fue intervenida en el abdomen. Durante aquella hospitalización, Kate mantuvo como máxima prioridad proteger a sus tres hijos. No quería que la vieran en la cama, enganchada a tubos y con vías. Fue la razón número uno para ella y que motivó que nadie la visitara, excepto su marido, según Tatler. De hecho, vimos al heredero acceder a la clínica pocas horas después del ingreso de Kate. Sin embargo, por respeto a la privacidad, las cámaras no tomaron más imágenes de Guillermo, ni a la entrada ni a la salida del centro.
Los hijos de los príncipes de Gales siempre han estado en el centro de este proceso de Kate. La nuera de Carlos gestionó un tsunami de memes y de fakes news en torno a su salud, las imágenes de sus supuestas dobles y de los motivos por los que no aparecía en público. Al final, el bienestar de los pequeños George, Charlotte y Luis condicionó a Kate. Fue su prioridad número uno. Así lo expresó ella misma en el vídeo que emitió al mundo, en el mes de marzo, cuando reveló que padecía cáncer, confesó cómo se encontraba, por qué no salía ante las cámaras. "Voy a estar bien", dijo.
Ahora se aproxima la fecha en que podríamos ver a Kate de nuevo. Este domingo 14 de julio en Londres, en la final de Wimbledon. Una meta que cada vez se encuentra más cerca para Carlos Alcaraz. ¿Veremos a Kate entregando el trofeo del Grand Slam al murciano?