"El rey Juan Carlos ha hecho todo por España y los españoles debemos estar agradecidos. Espero que pueda vivir donde se merece, en España", defendió con fervor la baronesa Thyssen en enero, en una entrevista con Espejo Público. "Yo no lo llamo emérito le llamo rey Juan Carlos. Y él me llama por mi nombre, Tita. Me gusta Felipe también, mucho, le conozco desde pequeño. Gran rey", dijo también Carmen Cervera, que en su casa de Andorra tiene una foto del rey Juan Carlos. Los dos hablan por teléfono con cierta frecuencia.
De quien Tita no habló en aquella entrevista fue de la reina Sofía, con quien, según Pilar Eyre, la emérita mantiene una "rivalidad" que viene de años. Ya en 2016 dijo que la "aborrecía".
La periodista, ahora, ha vuelto a ahondar en este tema y apunta directamente al padre de Felipe VI como origen del enfrentamiento: "La belleza de una mujer lo borra todo, al menos a los ojos de Juan Carlos. La baronesa tenía todas las cualidades para gustarle: alta, rubia, elegante, vital, alegre... hasta el punto de que empezó a correrse la voz de que Juan Carlos bebía los vientos por ella. Hay una foto de los dos en Mallorca, frente a frente".
Sobre esta imagen, Eyre dice: "Ella está en la cumbre de su belleza mediterránea, con un sexy vestido ibicenco semitransparente mientras Juan Carlos va con camisa de rayas, pantalón azul, pulseras y el postizo en la nuca que le colocaba todas las semanas el peluquero Iranzo. Parece un artista de cine".
"Una mirada elocuente"
En este sentido, Pilar recuerda en Lecturas: "Ambos están como sorprendidos en medio de una conversación íntima. Una amiga de Tita me contó que el rey sentía tanta admiración por ella que 'una noche estábamos cenando en Flanigan y ella se levantó para hablar por teléfono en la barra y al pasar al lado de la mesa de la familia real, la mirada que le dirigió Juan Carlos fue tan elocuente que Sofía bajó los ojos al plato con una expresión muy dura... y yo estuve segura de que Tita, a partir de entonces, iba a tener problemas".
De este modo, Eyre sostiene que ese fue el detonante: "Y así fue. Desde aquel día la reina le puso la proa. No pudo evitar asistir a la inauguración del Museo Thyssen, pero cuando Tita la invitó a su nueva casa en Madrid, se negó en redondo, dejando solo a su marido. Fue una bofetada publica que se convirtió en la comidilla de todo Madrid".
No obstante, la periodista sostiene que entre el antiguo monarca y la baronesa nunca hubo algo más: "Al final, por mucho que fuera el entusiasmo del rey, pudieron más las presiones familiares y también las otras damas que en ese momento ocupaban su corazón, y aparcó admiración y galanteos, aunque siempre habla muy bien de Tita".
"Esa cortesana"
Sin embargo, la enemistad entre la reina y la baronesa, según Eyre, se mantuvo con el tiempo: "Según contó en su momento Sabino Fernández Campo, [Sofía] la llamaba con malevolencia 'esa cortesana'. Primero se murió Luis, después el barón y Carmen ni siquiera fue invitada a la boda del príncipe de Asturias, ni al 80 cumpleaños de doña Pilar. Todos saben que hay una consigna no escrita: si la reina va, no se puede invitar a la baronesa".