Desde que Pablo Urdangarin mostrara su pasión por el balonmano, padre e hijo han reforzado su relación y ambos disfrutan al compartir este deporte que tanto les ha aportado a los dos en sus vidas. Cuando el que fuera marido de la infanta Cristina acude a ver a los partidos a ver en acción a su sucesor, haciendo cambios en su agenda, contemplamos espontáneas escenas en las que el segundo de los hijos de la que fuera duquesa de Palma de Mallorca hasta 2015, se deshace en cariños hacia Iñaki. El amor entre padre e hijo está por encima de todo y eso recorforta. Este sábado, durante su partido en Santander, hemos sido testigos de lo unidos que están.
Antes de que comenzara el encuentro, pudieron hablar unos minutos de manera relajada y distendida, soltando la tensión previa al partido. Iñaki acariciaba la barbilla de su hijo, de 23 años. Durante el partido, Iñaki Urdangarin estuvo muy pendiente de lo que ocurría en la pista, sin apartar la mirada del equipo de su hijo. Aplaudiendo como el que más, celebraba los tantos que iban marcando y que, finalmente, les daban la victoria, colocando el marcador a 25-38 por encima del Bledio Sinfín. A pesar de superar el encuentro, Pablo no se mostraba del todo contento y no escondía sus sentimientos con su padre.
Al terminar el partido, Iñaki bajaba hasta la pista para reencontrarse con su hijo y darle la enhorabuena pero, al encontrarle con los ánimos bajos, intentó animarle y darle los consejos que necesitaba en esos momentos. Aunque intentaban centrarse en su conversación, varios admiradores les pedían hacerse una fotografía con ellos, algo que aceptaban encantados y para lo que sonreían.
Pablo Urdangarín, séptimo en la línea de sucesió al trono por detrás de su madre y su hermano Juan, se refugiaba en su padre, mostrándose con el rostro serio y abstraído, mirando al frente. Una señora se acercó al apuesto jugador y consiguió sacarle una sonrisa. Tras hablar unos minutos a solas después de atender a sus admiradores, se marchaban de la pista abrazados por las caderas, mostrando la buena relación que mantienen. A pesar de haber cerrado una etapa con el acuerdo de divorcio, parece que padre e hijo están más unidos que nunca y hemos podido ver cómo el joven se apoya en su padre en los momentos de dudas.

En su equipo están entusiasmados con él y no es descartable que renueve
Aademás de su triunfo y de la presencia de su padre, Pablo tiene un gran motivo de alegría. Su novia, que ha pasado un cuatrimestre universitario en Alemania con una beca Erasmus, regresó a Cataluña en Navidad. Johanna Zott y Pablo Urdangarin se ven ahora mucho más a menudo. Ella estuvo matriculada en la Universidad de Múnich, donde ha estudiado Medicina durante unos meses, y tras las vacaciones navideñas ha regresado a casa de sus padres tal y como adelanta Silvia Taulés en Vanitatis. No se plantean ni de lejos dar un paso como irse a vivir juntos, y mucho menos una boda, pero ambos está muy integrados en sus respectivas familias políticas y la relación entre los consuegros es inmejorable. Recordemos que el nieto de don Juan Carlos y la futura doctora acudieron juntos a ver al abuelo de Pablo cuando celebró su cumpleaños en Abu Dabi. Zott va todo lo que puede a ver a su amado en sus partidos con el Fraikin Granollers en la ciudad del Vallès. El viernes pasado, Zott estuvo acompañada de su padre y de una de sus hermanas en un encuentro en el Palacio de Deportes de Granollers.