Industria
Celsa cierra in extremis su refinanciación y gana cinco años para reflotarse
- Los acreedores alargan a 2022 el plazo de vencimiento de 2.700 millones
Estela López
La familia Rubiralta puso ayer punto y aparte a más de un año de negociaciones con la banca para refinanciar la abultada deuda de Celsa y asegurarse el control de la compañía al menos hasta 2022.
Es la nueva fecha en la que deberán haber pagado 1.425 millones de euros de los 2.673 millones de deuda que acumula la multinacional siderúrgica, de los que 1.248 millones son considerados no sostenibles por los acreedores, que exigen un 5 por ciento de interés por este importe en un pago único a final de 2023. Por los 1.400 millones restantes piden un tres por ciento, han explicado a elEconomista fuentes cercanas a la operación.
El preacuerdo de refinanciación se gestó en julio, pero la rúbrica definitiva llegó ayer, con 20 de las 40 entidades financieras implicadas, que suponen el 90% del importe total, indica Celsa. El principal banco acreedor es el Santander, ya que a su financiación añadió la que tenía Banco Popular, lo que suma un total de más de 550 millones de euros. BBVA y Banco Sabadell tienen una exposición de unos 360 millones cada uno, CaixaBank 300 millones, Bankia 215 millones y Abanca 140 millones.
Este acuerdo ha permitido a Celsa evitar desinversiones, así como la pérdida de control de la familia en favor de un inversor que aportase capital. También ha evitado una ampliación de capital y la entrada de la banca en la compañía, aunque las grandes entidades capitalizarán su deuda si se incumplen los pagos. El plan estratégico para cumplir con los compromisos, elaborado por KPMG, prevé mejorar las cuentas de la empresa gracias a crecimientos del negocio y ahorros de costes.
50 aniversario
Celsa Group, que este año celebra su 50 aniversario, se reivindica como el primer grupo privado siderúrgico español y tercer fabricante de productos largos de acero en Europa. Aglutina seis grupos empresariales con acerías, trenes de laminación, plantas transformadoras, empresas de distribución y recicladoras; emplea a más de 9.300 trabajadores en todo el mundo y tiene presencia industrial en España, Dinamarca, Finlandia, Francia, Noruega, Polonia, Suecia y Reino Unido.
Hasta ahora, la firma no había incumplido sus compromisos de pago, pero se enfrentaba a una difícil situación en diciembre, cuando vencían 700 millones. Con la refinanciación, ha conseguido una relajación de los plazos, pero sin aplicar quitas. Los pagos los hará a través de una nueva sociedad holding, de la que dependen otras dos: una para el negocio español y otra para el internacional.
La empresa de Castellbisbal (Barcelona) confía especialmente en los dividendos de sus filiales extranjeras y la apuesta por Francia. También contempla la recuperación de la construcción y un mayor peso de la automoción, con productos de mayor valor añadido, según su plan estratégico, que descarta una "mejora sustancial" del sector del acero.